Alejandro Olmos es un fuerte empresario periodístico. En su momento, compró junto con su hermano, el diario Crónica, luego Crónica TV, medio del cual se alejó. Hoy es CEO y fundador de “Wizard Mind”, una empresa totalmente innovadora con respecto a la forma actual de comunicar a la gente. En ese grupo de medios que comanda están: elbonaerense.news, único diario digital de la provincia de Buenos Aires, mundopoder.com, portal de investigación periodística a nivel nacional e internacional, y blaenvivo.com, streaming en vivo de música y entertainment, entre otros.
En diálogo con LA COLUMNA, Alejandro Olmos, instalado en provincia de Buenos Aires, nos da su sensación sobre los medios en la era Milei, la pauta y la grieta que penosamente nos separa.
L.C.: ¿Cómo ve a la Argentina?
A.O.: La veo con mucha incertidumbre, también con mucha confrontación en la parte política. A la gente la veo un poco complicada porque hay un futuro medio incierto. Esto, hablando con gente de los medios, empresarios, no ven un futuro, ya sea porque bajaron las ventas o porque han tenido que hacer bajas en su número de empleados. Yo veo la realidad de las personas, no veo la macro. No hay plata, no hay mucho trabajo y no hay mucho movimiento comercial.
L.C.: La gente votó con el bolsillo, con otra expectativa. ¿Cómo ve el humor social?
A.O.: Yo la veo a la gente con esperanza de que este gobierno pueda llegar a hacer algo más, pero en su realidad diaria, las cosas dicen lo contrario, porque no alcanza, porque le aumenta la prepaga, porque le aumenta el colegio, los impuestos por supuesto. Los salarios no aumentan, entonces hay como un aguante, como una esperanza de que esto empiece a caminar, pero mientras me voy comiendo un montón de cosas, me voy endeudando con la tarjeta, hay cosas que no se están pagando. Empieza a haber desórdenes financieros en la familia. Y esto no es gratis, el desorden financiero trae aparejado un desorden emocional en las casas, que se traducen en peleas, angustias, decidir si esta vez vamos de vacaciones o esta vez no. Yo creo que se está gestando eso, todavía no lo podemos ver, pero eso está caminando.
L.C.: ¿Cómo fue su paso del mundo gremial (de la U.O.M.), al mundo de los medios, más precisamente (al comprar Crónica)?
A.O.: En el año 2001 hice un trabajo de marketing para una obra social de la U.O.M. que había perdido muchos afiliados, y tuve que hacer una estrategia de recuperación de afiliados y estuve como administrador de sanatorios para el gremio también, en un momento muy difícil de la Argentina. Y en el 2005 se dio la posibilidad de entrar en los medios con Crónica -hoy está mi hermano Raúl Olmos-. En cuanto mi paso de lo gremial a lo periodístico no lo sentí tanto porque manejaba la parte marketing publicitario y de allí llego al diario Crónica, que estaba tomado por los empleados y prácticamente para desaparecer. Se hizo todo un trabajo de reingeniería y de reconversión. Yo siempre tuve un buen diálogo con el mundo gremial. En un diario que estaba en esas condiciones, las relaciones humanas eran clave para poder desarticular ese tipo de situaciones.
L.C.: En lo personal ¿cómo fue hacerse cargo de un medio tan icónico como Crónica?
A.O.: La experiencia es en esta proporción: 20 años en 5 minutos. Allí aprendés o aprendés. Por eso lo fundamental eran las relaciones humanas. La gente que ya trabajaba. Don Héctor Ricardo García estaba en el canal. En esa época el diario tenía dieciséis páginas nomás, a veces llegaba el camión de papel, a veces no. Entonces era un cúmulo de situaciones que había que ir sorteando. Más en una época en que la gente consumía los medios gráficos.
L.C.: Ahora está en un nuevo proyecto, justamente de la mano de los nuevos tiempos. ¿De qué se trata?
A.O. : Tengo una agencia de medios, una consultora de medios de comunicación que trabaja con todos los medios de Argentina y también algunos da afuera. Yo tenía la marca El Bonaerense y creé un diario digital, que también es papel, pero gratuito, que es Elbonaerense.news. Estamos trabajando para que sea el diario de la provincia de Buenos Aires. Después tengo Mundo Poder, que es un diario más político, más de investigación y cuestiones más judiciales. También tengo blaenvivo.com, que es más musical y de entretenimiento, y tengo un diario dirigido a toda la industria argentina que está bastante golpeada. ¿Qué es lo que planteé yo? Crear medios de comunicación no masivos, divididos por audiencias. Donde encontrás lo que buscás, si te gustan los gatitos, te aparecen los gatitos. Vale decir, con la lógica actual de los algoritmos, se segmenta por audiencia. Tengo otros medios, cada uno con sus videos, sus textos. Porque no es lo mismo la persona que vive en Florencio Varela, que quiere enterarse de algo de su lugar que otra que quiere interiorizarse sobre determinado tema y para ello tiene “mundopoder”.
L.C.: ¿Han intentado tener alguna comunicación con el presidente, con el odio avieso que tiene hacia el periodismo?
A.O.: Bueno, el presidente ya dijo no querer al periodismo, aunque creo que no a todos (eso es algo de mi percepción). Es muy difícil para el periodista hacer hoy un verdadero periodismo. Pero, aunque se enoje el presidente, el periodismo es y fue el único que señala al poder, que lo va a investigar, que le va a descubrir cosas. En el periodismo no se puede generalizar, como en cualquier otra actividad, no quiere decir que todos los periodistas sean ensobrados.
L.C.: Esto es muy personal, a veces dudo del equilibrio mental del presidente, sobre todo cuando generaliza y no todo es lo mismo.
A.O.: No todo es lo mismo y no lo sé. Yo pienso que no tiene ningún desequilibrio, pienso que son cuestiones estratégicas. Porque debilitar voces, en este caso al periodismo, es también una estrategia. Poner a millones de personas a insultar a un periodista, o alguien que quiere opinar sobre cierto tema, creo que obedece a una estrategia. Es un presidente, es una investidura importante. Y esa estrategia le funciona porque todos le contestan. Y se mantiene en la cabeza de la gente justamente por eso. Recuerdo una frase de Héctor Ricardo García (fundador de Crónica) que decía: “Que hablen bien o hablen mal pero que hablen”. No es una súper frase, pero es una estrategia de comunicación. Él le habla a un público determinado. Es como ocurría con las tapas de Crónica. Vendías un muerto en la tapa y te lo compraban todos. Hay un cierto nivel de sensacionalismo en la gente. Es lamentable en un tiempo en que uno cree que el hombre debe superar la venganza, el hostigamiento, el insulto, el confrontar. Las cosas, para mí, no se construyen así, y como no se construyen así, están hablándole a un público.
L.C.: Le pregunto acerca de los sobres y las pautas oficiales. ¿Existen otros “ensobrados” entre los afines a Milei?, y sobre la pauta oficial, los medios ¿pueden sobrevivir?
A.O.: Yo contesto dando el ejemplo: los influencers. Si uno quiere que su marca se venda, se le paga a un influencer. En cuanto al periodismo lo ideal es que el periodista informe, investigue, pero cuando el periodista dice de alguna manera: “Vos tienes que pensar así”. Y no puedes decirle eso a la gente que está trabajando 8, 10, 12 horas al día y llega a la casa y le dicen cómo pensar, para mí es una falta total de respeto, hacia el laburante, hacia la persona. En lugar de eso, debería decir: “Pasó esto y estas son las consecuencias” y dejar que la persona decida qué piensa. Yo lo vi en la pandemia, con la manipulación de la mente de las personas, no es el rol del periodismo. Creo que se vienen momentos muy complejos con la información. Porque hay mucha información falsa, más con la inteligencia artificial, entonces la información debe ser precisa, imparcial. Para mí eso es clave.
Sobre la pauta, creo que para que se mantengan distintos tipos de voces, debe existir la pauta. No debe haber un “zafarrancho de pauta”, pero sí un acompañamiento, porque los medios de comunicación no dejan de ser un bien cultural. Y si hay voces disidentes, mejor. Yo conozco muchos medios chicos que viven de la pauta que genera el Estado, o porque han sido medios que han sido desmembrados y han quedado en camino, pero yo creo que sí, que tiene que existir la pauta.
L.C.: ¿Qué opina de la detención de Cristina?
A.O.: Creo que es un poco apresurado lo que pasó con Cristina, para hacer lo que hicieron, ponerla presa en su departamento, no sé qué mensaje quieren dar. Esto tiene que ver con el mensaje que tiene que ver con las polaridades, “de todo, mucho”. Un revanchismo, ponerla a Cristina allá arriba y demostrar que se puede poner preso a un expresidente.
L.C. Usted, que tiene sus medios en el gran Buenos Aires, ¿lo ve presidenciable a Axel Kicillof?
A.O.: No lo sé aún. Tendrían que pasar muchas cosas para que él sea presidenciable. Se tienen que dar muchas variables. Hay que ver qué pasa con el país.
L.C.: ¿Cómo ve la supervivencia de la grieta? Parece que no se va de nuestras vidas.
A.O.: La grieta ya existe entre nosotros. Triste, pero pasa hasta en las familias; cuando los domingos se reúne a comer ha pasado que discusiones políticas han destrozado los lazos familiares. Vos sos de un bando, vos sos del otro. Esta polarización se agravó aún más. Yo creo que debería venir un Jesucristo para salvar la grieta. Hasta ahora, solo la han querido “salvar” echándole nafta. Ya, por lo menos, dos generaciones van escuchando el discurso de la grieta. Comparo con Estados Unidos, los domingos, las familias negras se reunían y contaban los abuelos cómo los blancos los tenían de esclavos. Los jóvenes ¿qué podían desarrollar más que odio hacia el blanco? Eso es lo que se está gestando lamentablemente en nuestro país.