El estrés se convirtió en un mal cotidiano que afecta a gran parte de la población argentina. La crisis económica, la falta de empleo y la incertidumbre del futuro son los principales detonantes de una tensión que impacta directamente en la salud física y mental.
El cuerpo habla cuando la mente está al límite.El sentimiento de tensión física o emocional, que proviene de situaciones o pensamientos de frustración, enojo o nerviosismo, se hace manifiesto en la vida diaria de gran parte de la sociedad, y se denomina estrés.
Esta emoción es la reacción a un desafío o demanda. En pequeños episodios puede ser positivo, como cuando ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando este dura mucho tiempo, y se evidencia de forma descontrolada, puede ser un gran obstáculo.
El organismo reacciona ante el estrés al liberar hormonas. Estas hormonas hacen que el cerebro esté más alerta, causar que los músculos se tensionen y aumentar el pulso. A corto plazo, estas reacciones son buenas porque ayudan a manejar la situación que produce preocupación. Esta es la manera en que el cuerpo se protege a sí mismo. Pero si se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro, pone en riesgo a la salud.
De esta manera, el estrés se clasifica en dos, teniendo en cuenta la reacción normal y aquella que puede ser perjudicial:
- Estrés agudo: Este tipo es a corto plazo, desaparece rápidamente. Ayuda a controlar las situaciones peligrosas y también aparece cuando se hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.
- Estrés crónico: Este tipo dura por un período de tiempo prolongado, cualquier sentimiento de tensión que continúa por semanas o meses es estrés crónico.
Aunque la respuestas frente a esta sensación de tensión pueden variar, y depende de la vulnerabilidad de la persona y su capacidad de sobrellevar y enfrentarse acontecimientos adversos, las señales más habituales de estrés crónico son:
- Bajo estado anímico.
- Ansiedad.
- Preocupación.
- Sensación de no ser capaz.
- Deterioro en la realización de actividades del día a día.
- Diarrea o estreñimiento.
- Mala memoria.
- Dolores de cabeza.
- Falta de energía o concentración.
- Cuello o mandíbula rígidos.
- Problemas para dormir o dormir demasiado.
La consultora Voices! en 2024 difundió un informe global de opinión pública sobre la autoevaluación del estrés y del sueño.
El estudio, que fue realizado junto a WIN Internacional en 39 países, reveló que en la Argentina y Perú son los países que peor evalúan su nivel de estrés (54 y 59 por ciento respectivamente), con los jóvenes en primer lugar como el grupo más afectado seguido por las mujeres. Con estas cifras, Argentina se ubica 22 puntos por encima del promedio global en la percepción global de estrés, un indicador que en los últimos años empeoró en el país.
En números, la evaluación negativa del estrés en Argentina se dispara entre los jóvenes de 18 a 24 años (72%) y resulta muy elevada principalmente entre las mujeres (un 59%, y un 48%) y los adultos de 25 a 34 años (60%). En el país, principal causa de estrés es la falta de dinero (29%), seguida por el trabajo (21%).
Estos problemas son cada vez más frecuentes debido a la crisis económica que se atraviesa y la crisis laboral, teniendo en cuenta que la tasa de desempleo en Argentina es del 7,9% en el primer trimestre de 2025, según datos del INDEC, lo que representa el nivel más alto desde el tercer trimestre de 2021, por lo cual se puede esperar altos niveles de estrés.
Aunque las causas del estrés son múltiples, existen
estrategias simples que pueden marcar la diferencia en
el día a día.
ACTIVIDADES PARA REDUCIR EL MALESTAR
A pesar de que no existe un tratamiento específico o una solución definitiva frente al estrés, existen recomendaciones que pueden ayudar a poder lidiar con este estado y disminuir sus efectos negativos en el día a día.
- Tomar descansos regulares: Dedicar unos minutos a estirar, alejarse y despejarla mente es esencial.
- Practicar técnicas de relajación: Hacer ejercicios de respiración profunda, meditación, y si se tiene la oportunidad, practicar yoga, puede ser beneficioso ante altos niveles de estrés.
- Organizar minuciosamente: Crear una lista donde se prioricen tareas y establecer metas realistas ayudar a manejar la carga de las responsabilidades.
- Hacer ejercicio: Realizar actividad física regular libera químicos que mejoran el estado de ánimo.
- Dormir lo suficiente.
- Expresar los pensamientos y preocupaciones: Llevar un diario personal, hablar con amigos o familiares es una buena forma de liberar sentimientos reprimidos.
ATENDER EL ESTRÉS, PRESERVAR LA SALUD
Es importante no pasar de alto ninguna señal de estrés crónico, ya que puede generar una variedad de problemas de salud, tanto físicos como mentales, que incluyen enfermedades cardíacas, presión arterial alta, problemas de sueño, ansiedad, depresión y problemas digestivos. A largo plazo, también puede afectar el sistema inmunológico, aumentar el riesgo de diabetes y exacerbar condiciones como la apnea del sueño.
Ante esta problemática, la mejor opción es siempre acudir a un profesional de la salud mental, más si hace presente síntomas como:
- Sentir pánico, como vértigo, respiración rápida o latidos cardíacos acelerados.
- Incapacidad de trabajar o desempeñarse en la casa o en su trabajo
- Tener miedos que no se pueden controlar.
- Recordar constantemente un evento traumático.
- Sentir desapego hacia otras personas.
- Tener pesadillas recurrentes.
- Presentar hipervigilancia
En Santiago del Estero se puede acceder a la atención de profesionales de salud mental a través del Ministerio de Salud de la Provincia. Este servicio está disponible en distintas localidades por medio de las Unidades de Primeros Auxilios (UPA) y los Centros de Atención Medica Municipal CAMM) De igual manera se cuenta con el Centro Provincial de Abordaje Integral de Salud Mental ubicado en Ruta 1, El Polear, La Banda.
La atención en estos lugares es gratuita, pero requiere de turno previo que se obtiene en cada centro específico.
Buscar ayuda no es signo de debilidad, sino de cuidado
propio.
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