21 de noviembre, 2024
Emprendedor

Tras cambiar sus hábitos alimentarios, una docente del barrio Los Telefónicos abrió su propio negocio gastronómico. Se trata de productos libres de ingresidentes ultraprocesados y azúcares, inspirado en el estilo de vida fitness que lleva adelante la mayor de sus hijas.

Desde que Adriana Galván (41) decidió apostar a una vida más saludable con cambios en su alimentación, todo se alineó para que iniciara un proyecto personal. Es profesora de Lengua y Literatura y en las horas que el trabajo se lo permite, elabora y vende comidas y postres saludables, a base de harinas alternativas a la de trigo.

La historia o idea de este emprendimiento llamado “Terra Fitness” arranca antes de la pandemia y de la mano de la mayor de sus dos hijas, Emilse Ruiz (24). La joven es entrenadora en un gimnasio y ya había adoptado hábitos sanos que exigían otro tipo de comidas y postres a los que su mamá quería dar respuesta.

Con toda la disposición para aprender, se embarcó a probar harinas de coco, sésamo y almendras para quitar de su cocina las convencionales. Los buenos resultados no tardaron en llegar y tuvieron eco con cada persona que visitaba su casa y degustaba algún que otro panificado.

Como una publicidad impensada, esto derivó en encargos de productos para la venta. Un desafío que aceptó con temores, pero gustosa y en el que vio la posibilidad de generar nuevos ingresos, mientras afinaba la técnica para los alimentos que se consumían en su hogar.

Adriana observa desde entonces que hay cada vez más personas interesadas en las rutinas que se alejan por completo de los ultraprocesados, en busca de una mejor calidad de vida. Es consciente de que esto puede resultar más costoso, dado los valores de los ingredientes, sin embargo, procura que el precio de sus productos sea accesible, sin perder la calidad.

Pese a los tiempos complejos para el comercio y la gastronomía en general, esta vecina del barrio Los Telefónicos apuesta a futuro y sueña con su tienda de productos keto. Con mucha satisfacción por lo conseguido, cuenta en la siguiente entrevista su largo recorrido, su forma de trabajo y las metas que trazó para emprendimiento.

-¿Cómo y cuándo surge “Terra Fitness”?

-Yo arranco con “Terra Fitness” junto con mi hija, Emilce Ruiz. A nosotras siempre nos gustó cuidarnos; a mí por cuestiones de salud, y a ella por cuestiones de que hacía deporte y demás, se cuidaba muchísimo.

No tengo una fecha exacta, pero esto comienza antes de pandemia. Yo empecé haciendo postres porque veía mi hija padecía porque le gustan mucho las cosas dulces. Entonces, padecía no tener postres para comer porque la mayoría son con harina común y azúcar. Entonces, comencé buscando recetas y haciendo postres con harina de coco y luego con Stevia.

Comencé con los famosos budines que fueron el inicio de todo esto. Mi hija publicaba las fotos en las redes y como tiene muchos seguidores, empezaban a pedirles postres. Además, ella invitaba a merendar a algunas de sus amigas, alumnas del gimnasio en el que trabaja y las chicas también le pedían que les venda.

En pandemia se hacían ventas telefónicas y surge el tema de los cadetes porque no se podía circular. Ahí también empecé con budines que eran postres. Arriba, en vez de llevar lo típico, que era la crema o el azúcar, yo le ponía queso endulzado con Stevia y frutos secos. Eran súper saludables. Y la verdad que fueron un boom.

-¿Te sorprendió la demanda?

-Sí, la verdad que sí. Y comencé a hacer tortas de cumpleaños, tenía muchos pedidos. Con el tiempo fui probando con otras harinas, por ejemplo, la de sésamo. Pero, la verdad, que no es lo mismo.

 

Después conocí la harina de almendras que es con la que hoy trabajo al cien por cien, porque es uno de los mejores productos. Es difícil trabajarla por el hecho de que es una harina aceitosa, arenosa, pero me especialicé, hice cursos, porque me gusta esto de la cocina saludable. Hoy tengo ya un catálogo con cosas dulces y saladas, como los panes, los grisines, los bizcochitos...

-¿Cómo haces para sostener este proyecto, en medio de la crisis e incertidumbre económica?

-La verdad que estamos en tiempos difíciles, pero nosotros tratamos de subsistir, haciendo publicidades en las distintas redes sociales, promociones... Hoy ya tengo mis clientes fijos y los fines de semana tengo que abastecer a diferentes negocios, porque también vendo por mayor. Tengo algunos negocios, dietéticas que me compran. Incluso he vendido a gente del interior, a Forres, Beltrán, Monte Quemado…

-¿Las dificultades tienen que ver con los precios de la materia prima, la escases de ventas o falta de insumos? ¿Qué solución le encuentras?

-Primero que nada, la harina de almendras es cara. Siempre fue cara, más que todas las otras harinas. Pero yo trato de buscar precios afuera de la provincia, como en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba… son lugares donde consigo un poquito más barato y trato de mantener, dentro de lo posible, los precios. Tratamos de mantenernos buscando insumos que no sean de costo tan elevado, pero siempre tratando de mantener la calidad de los productos para nuestros clientes. Yo creo que la clave es esa justamente, sostener la calidad y las publicaciones en las redes. Eso nos ayuda un montón.

-Decías que durante la pandemia ha habido una explosión de ventas, ¿crees que esto está ligado a un mayor interés por la alimentación saludable?

-Sí. Últimamente veo mucha gente que trata en lo posible de consumir más este tipo de harina, ya sea de almendras, de coco, de sésamo, pero todavía no tienen el conocimiento real sobre cuál es la diferencia entre las harinas. Muchas veces me dicen ‘quiero un pan integral’. Yo no vendo pan integral, sino los keto, que son con harina de almendras. Porque hay que tener en cuenta que la harina integral es lo mismo que comer la otra harina.

La gente va tomando conciencia que la harina nos hace re mal a todos, al igual que el  azúcar. Yo no consumo porque antes tenía muchos problemas de salud y tengo intolerancia al gluten. Por eso trato de hacer todas estas cosas saludables y brindarles también a mis clientes.

La alimentación es algo fundamental para todo, para tener buena energía, un buen estado de ánimo; más allá de lo estético, sirve. Y cuando digo saludable, no solamente me refiero a consumir panes de almendra, sino a dejar de lado la comida chatarra que es lo más fácil. Muchas veces, uno consume eso y dice que es porque le sale más barato, pero si nos ponemos a equiparar, ahora consumimos eso, pero después, cuánto gastamos en medicamentos…

-¿En qué mides la evolución de este proyecto en estos años de trabajo?

-Bueno, nosotros comenzamos muy despacio, de a poco, y fue creciendo por la cantidad de ventas y por los clientes que me van recomendando uno al otro. También lo veo en los diferentes emprendedores que me piden productos para revenderlos.

La verdad es que a veces ni siquiera quizás les hace falta verme en el Instagram,  directamente piden mi contacto a un conocido y se comunican. Así que yo estoy agradecida con mis clientes.

-¿Cómo te imaginas dentro de unos años en este negocio?

-Mi idea en algún momento es abrir un lugar que sea pura y exclusivamente de productos keto. Me gustaría seguir con lo que estoy haciendo e ir implementando más cosas, por supuesto. Vuelvo a decirlo: yo empecé con budines, luego tortas y hoy tengo todo lo que es salado, salados y dulces y me gustaría tener un espacio en el cual pueda abrir todos los días y tener más variedad de productos.

-¿De momento trabajas sola?

-Por el momento lo hago yo sola porque mi hija tiene su trabajo, es profesora en un gimnasio, entonces yo lo hago sola en tiempos libres.

- ¿Cómo haces para compaginar este negocio con tu otro trabajo?

-Es cuestión de organizarse. Yo siempre dije que si uno quiere, puede. Yo me organizo con eso y con mi otra hija de 10 años a la que tengo que llevar a la escuela. Hay días que tengo menos horas en los colegios, entonces tengo más tiempo, y al ser independiente es como que uno también maneja sus horarios. Esa es la ventaja de ser independiente y de trabajar desde el domicilio.

Yo tengo mi horno industrial, mi otra cocina, así que a veces están prendidas las dos al mismo tiempo. A veces me quedo hasta las 3 de la mañana, a veces hasta las 6, amanezco haciendo cosas, porque sé que al otro día no voy a poder a la mañana.

-¿Cómo te definirías vos como emprendedora?

-Soy una persona que siempre busca dar lo mejor y salir adelante. Por supuesto, a pesar de las diferentes situaciones que le pasan a uno en la vida, entonces, ya sea triste. Yo creo que soy una luchadora de la vida. Sigo estudiando, estoy haciendo dos licenciaturas.

-¿Qué consideras que se podría hacer desde el Estado o sus reparticiones para ayudar a los emprendedores?

-Yo no creo mucho en la política. Nunca recibí ningún tipo de ayuda económica, ni nada. Para el emprendimiento no ha solicitado porque considero que uno trabajando puede salir adelante.

La verdad que si no tuviera mi trabajo de docente, igualmente podrá sobrevivir con mi emprendimiento porque gracias a Dios se trabaja muy bien y agradezco que las personas estén tomando conciencia y puedan cambiar los hábitos a unos más saludables. Todo comienza de a poco. Algunos empiezan por dejar las harinas, el azúcar, otros empiezan el gimnasio.

-¿En algún momento pensaste en dejar tu trabajo en la docencia y dedicarte exclusivamente a tu proyecto?

-No. La verdad que no porque, así como amo cocinar, amo la docencia, así que no lo he pensado. Creo que me podría seguir manejando en los dos trabajos y, de última, si necesito ayuda, podría buscarla en alguien que pueda ayudarme.