De tantas causas, una iba a terminar en arresto. Tarde o temprano, iba a ocurrir. Ayer por la tarde, Alejandro Muszak, CEO de la firma de préstamos online Wenance, fue detenido por la Sub DDI de Vicente López de la Policía Bonaerense mientras salía de su domicilio en Las Heras y Libertador, el mismo que había allanado la Policía Federal el año pasado.

Estaba a punto de abordar su Mercedes Benz C63 S valuado en más de 120 mil dólares en el mercado de usados, vestido como un ejecutivo, como siempre, con saco sport y zapatos de punta. Llevaba su computadora Mac y su iPhone, así como 900 dólares y 155 mil pesos en el bolsillo, junto a varios papeles con anotaciones.

Todo terminó incautado, antes de que se lo llevaran a una celda en la Sub DDI. Así, enfrentará hoy al fiscal que ordenó su arresto, Alejandro Guevara, de la UFI de Vicente Lópéz, que lo acusa de asociación ilícita y estafas reiteradas, en un esquema Ponzi que terminó con 27 víctimas y un daño de más de un millón y medio de dólares.

Otros lobos aúllan en otros frentes. Además de sus problemas en la Justicia, Muszak acarrea muy fuertes deudas a su nombre. Su perfil bancario revela que debe, al menos, 297,8 millones de pesos en cheques sin fondo vinculados a Wenance que datan de los últimos 12 meses. Esto tiene una coincidencia: Enrique Blaksley, condenado por la megaestafa de Hope Funds, uno de los mayores esquemas Ponzi de la historia argentina, apeló al mismo mecanismo cuando comenzó a perder casi diez años atrás.

El Mercedes Benz, por su parte, protagonizó cuatro infracciones en territorio porteño el año pasado. La deuda actual en CABA por infracciones como exceso de velocidad asciende a 494 mil pesos.

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