El elenco de la Ribera se encontró con un Libertad mejor plantado que en Asunción, al menos desde la disposición táctica. Ordenado, comprometido, con Blas Cáceres bloqueándole los caminos a Campuzano y por momentos hasta presionando en la salida. Pero el dueño de casa se mostró dispuesto a asumir el protagonismo y encontrar los espacios para lastimar, a partir del pasaje de los laterales, un Pol Fernández más metido en el juego y la combinación Salvio-Tevez. De hecho, a los 5 minutos, un encuentro entre los ases xeneizes terminó con el Apache mano a mano, que Silva resolvió achicando en la salida. Inmediatamente, a la salida del córner, el cabezazo de Izquierdoz volvió a requerir la respuesta del guardameta visitante.

A los 14′ y a los 18, Martín Silva se impuso por duplicado ante Franco Soldano, quien terminó convirtiéndose en carne de memes. Y a los 18 el Gumarelo contó con su primera oportunidad, conjurada por Andrada. Pero Boca continuó martillando desde la astucia de Tevez y el vértigo de Salvio. Carlitos, a los 28, nuevamente forzó a Silva a una estirada sobre su palo izquierdo.

La falta de eficacia privó al Xeneize de marcharse al descanso en ventaja. De todas maneras, más allá de su capacidad para dañar a los paraguayos, la defensa exhibió grietas inusuales en la era Russo, que su contendiente no supo aprovechar. Es más: pudo haberse quedado sin Frank Fabra, por una patada a Bareiro que mereció ser roja.

A excepción de alguna pelota quirúrgica de Obando o alguna acción individual, Boca quedó anestesiado, más allá de sostener el dominio, durante buena parte del segundo tiempo. Al minuto, incluso, Bareiro pudo haber quebrado el cero con un intento que pegó en el costado de la red. Russo lo advirtió y comenzó a mover la formación, con ingresos que le dieron otra vivacidad a la búsqueda. Un Bou incisivo, Cardona y su visión, más los primeros minutos de Zárate post pausa por el coronavirus.

Así, Lisandro López desvió un cabezazo franco, Cardona le rompió el pecho al guardameta Silva y Fabra, tras un eslalon, reventó el palo.

Después de aquel triunfo ante Gimnasia, que le permitió quedarse con la última edición de la Liga Profesional, y de superar a Deportivo Independiente Medellín por el certamen continental, el equipo que dirige Miguel Ángel Russo vuelve a pisar la Bombonera. También vuelve al banco de suplentes del entrenador, que no viajó a Paraguay y Colombia por precaución al ser una persona de riesgo frente a la pandemia de coronavirus que todavía golpea a Sudamérica.

Boca está en lo más alto del Grupo H de la Libertadores. Con 10 puntos, mantiene una diferencia de tres puntos sobre Caracas, de Venezuela, rival contra el que cerrará su participación en la fase de grupos, y le lleva cuatro unidades al conjunto paraguayo. Si el equipo de la Ribera logra un triunfo esta noche, se asegurará la clasificación a los octavos de final y quedará a un paso de hacerlo como líder de la zona.

De cara a este encuentro, con el arbitraje del chileno Roberto Tobar, Russo impulsó varias modificaciones en la alineación titular. En la defensa, el DT dispuso el regreso de Lisandro López en lugar del peruano Carlos Zambrano, y cambió al colombiano Frank Fabra por Emmanuel Mas. Además, en el mediocampo, Gonzalo Maroni -sufrió una lesión muscular en el duelo ante el DIM en tierra cafetera- le dejó su lugar al juvenil Agustín Obando.

El rival del Xeneize pisa la Bombonera con un cambio sustancial. Tras la derrota en su visita a Venezuela (1-2), Ramón Díaz renunció como entrenador de Libertad. En su lugar, el equipo guaraní sumó al experimentado Gustavo Morínigo. En su estreno en el campeonato local, derrotó 3-0 a Sportivo San Lorenzo.

Comparte esta noticia