En el 2016 se recibió y emigró para trabajar en el Chaco Salteño. Hoy es jefa del servicio de Obstetricia del hospital San Roque en Embarcación, donde trabaja para el control integral del embarazo y el parto respetado en poblaciones vulnerables.
Claudia Maturana es licenciada en Obstetricia recibida en La Universidad Nacional de Santiago del Estero. Nacida en Quimilí, con una hermana Licenciada en Química y un hermano por recibirse de Profesor de Educación Física; la profesional que dejó sus raíces para dar su servicio en el impenetrable salteño.
Su trabajo se especializa en el control integral del embarazo y el parto respetado en poblaciones vulnerables. El mismo se desarrolla en puestos sanitarios y centros de salud del Área Operativa 9, que incluye a Embarcación, Misión Chaqueña, Carboncito, Padre Lozano, Dragones, Hickmann y Campichuelo; y en el Área Operativa 4, Morillo.
Un estudio al respecto presentado hace dos años le posibilitó mayor visibilidad en la comunidad. El trabajo fue presentado en el Concurso Regional sobre Buenas Prácticas que Promueven la Equidad en Salud para las Mujeres, los Niños, las Niñas, las y los Adolescentes, organizado por el movimiento interagencial regional de Coordinación “Todas las Mujeres, Todos los Niños en América y el Caribe” (EWEC-LAC).
La investigación resultó en la octava posición de la convocatoria. En el concurso regional participaron diferentes países, entre ellos Perú, Uruguay, Colombia, Bolivia, Ecuador, Paraguay, México, Chile, Panamá, Belice, Costa Rica, Cuba, República Dominicana y Honduras.
Si bien han pasado varios años, refleja el resultado positivo de la atención a la población de alto riesgo sociosanitario, donde el más del 25 por ciento es originaria, y vive dispersa en 91 parajes o misiones; y el 56 por ciento es mestiza.
Ingresó a estudiar la Licenciatura en Obstetricia en el año 2009. Tras siete años, se recibió a los 26 años. Luego de haber trabajado en hospitales de las ciudades de Quimili, Añatuya, Salavina, Campo Gallo, Cisb (Centro Integral de Salud Banda) y en el Hospital Regional “Ramón Carillo” –en las primeras localidades mencionadas con contrato, en La Banda con una beca del Plan Sumar y en el Capital con una pasantía-; le tocó el turno de decidir su futuro.
“Trabajaba en Quimili y recuerdo tenía dos horas de viaje para trasladar a las embarazadas. Eso ponía en riesgo la salud de la madre y del niño que muchas veces nacía deprimido y no teníamos cómo resolverlo. No había ni pediatra de guardia ni salas con las condiciones obstétricas y neonatales esenciales para las mamás”, comenta Claudia en un retroceso a los años que brindó sus conocimientos en la provincia.
“En el 2016 tuve la propuesta de venir a trabajar en el Chaco Salteño, que incluía trabajar con comunidades originarias. Una comitiva se trasladó a la ciudad de Embarcación, a ver las condiciones para que pudiéramos venir. En aquel momento no contaba con Sala de Parto, no había controles Prenatales, si había ginecólogos”, recuerda la profesional que concibió la posibilidad de que aquello que faltaba, lo podía concretar, e inmediatamente migró.
“La provincia tiene este proyecto hace muchos años, pero no en todas las localidades funciona fielmente. En el 2017, implementamos una serie de estrategias para que se pudiera constituir en nuestro hospital San Roque. Era difícil traer a una embarazada cinco veces a la semana para que se realice los diferentes controles. Por ello fue uno de los primeros pasos para hacer el circuito del Melonp”.
Este proyecto, mencionado por Maturana se llama MELONP (Médico obstetra, Enfermero, Laboratorio, Odontólogo, Nutricionista y Psicólogo) y es un circuito integral de salud que se desarrolla en toda la provincia de Salta a través de la Subsecretaría de Medicina Social del Ministerio de Salud Pública.
“En 2017, la apertura de 10 camas obstétricas en el hospital estimuló la posibilidad de organizar la atención del embarazo y del parto en forma innovadora, donde la embarazada además de recibir los controles habituales, tiene acceso a la atención integral” sostiene la distinguida y agrega, “por medio de la Fundación Garrahan conseguimos una financiación para poder trasladar a pacientes que no podían venir a los controles o no querían.
Al mismo tiempo la institución comenzó a enviar profesionales para colaborar con el equipo y disminuir la mortalidad materna y perinatal que era una cifra bastante alta. En aquel momento el 30% de los niños fallecían, muchos nacían en ambulancias, no había identificación, los que se registraban era porque alguien se encargaba de pasarlo al libro de partos.
Ahora contamos con el servicio de identificación, se capacitó a profesionales como en los casos de los enfermeros, contamos con un neonatólogo y pediatra que está de lunes a viernes y de guardia; ya somos considerados como una “Maternidad Segura y Centrada en la familia”.
A más de un lustro de haber comenzado a trabajar, con una situación muy desfavorable, Claudia afirma “que no volvería a Santiago. La provincia de Salta me abrió las puertas y me dio la confianza para hacer sin limitaciones lo que hoy llevamos adelante. Me siento orgullosa de ser santiagueña, de haber estudiado con grandes profesionales y me gustaría ayudar con capacitaciones a colegas o profesionales de mi provincia.
Todo proyecto depende de quien lo maneje, y que estrategias se implementen para llevarlo adelante. Tenemos actualmente un promedio de más de 80% de partos espontáneos con acompañamiento, y casi un 10% de cesárea. No es necesario tener alta complejidad para brindar un parto respetado y seguro. Nuestra estrategia trabaja sobre control prenatal, que la paciente sea seguida y ante el mínimo factor de riesgo que presente darle la atención para que llegue a un parto normal.
Las pacientes son parte de nuestro equipo, no la dejamos, las seguimos y buscamos hasta no poder más”, sentenció.