La justicia de Tucumán condenó este viernes a prisión perpetua a la obstetra Nadia Fucilieri por el delito de doble homicidio triplemente agravado por el vínculo, por alevosía de sus hijos Pía del Rosario Martínez, de dos años, y Marcelino Martínez, de cuatro, y por la finalidad de causar sufrimiento a su expareja, padre de las víctimas. En el mismo fallo, el tribunal revocó la prisión domiciliaria que la mujer cumplía en la casa de su tía por lo que fue trasladada al penal de mujeres.

Tras conocer la decisión de los jueces, la defensa de Fucilieri advirtió sobre el considerable impacto negativo que podría tener el encierro repentino sobre la salud mental de la condenada. “Su vida corre peligro”, afirmaron los letrados, según publicó La Gaceta.

La sentencia a la pena máxima que establece el Código Penal puso fin al beneficio del arresto domiciliario que venía gozando la imputada desde 2019, ordenada en su momento por el exjuez Enrique Pedicone para que recibiera tratamiento psicológico y restableciera los vínculos familiares.

En las redes, dolor y reclamo de justicia por Pía y Marceliano. (Foto: Facebook).

De esta manera, Fucilieri llegó caminando a los tribunales el viernes y ese mismo día los abandonó esposada y custodiada por personal de Homicidios, que la trasladó hasta el penal de Mujeres de Banda del Río Salí. “Ella estuvo en silencio casi todo el viaje. Cuando estaba por entrar a la unidad recién le corrieron unas lágrimas por su mejilla”, reveló una fuente policial.

“Hubo una profesional que declaró que ella tuvo una infancia desgraciada y ese modelo se replicó en su vida matrimonial. Eso no lo tuvo en cuenta el tribunal”, explicó Gustavo Morales, uno de los abogados defensores de Fucilieri, y subrayó: “Los efectos negativos de la vida en prisión pueden afectar notoriamente a mi defendida. Los hago responsables a los jueces por lo que le pueda suceder”.

La teoría del defensor fue desestimada en el alegato que realizó la fiscala de cámara Marta Gerez. “Si realmente es cierto que Fucilieri tenía tantos problemas, por qué no lo dijo en la etapa de instrucción y en esta audiencia. Ella prefirió mantenerse callada y será porque nada de eso existió”, sostuvo la funcionaria.

Por su parte, la abogada querellante dijo que la acusada “actuó en pleno uso de su capacidad mental, lúcidamente compró guantes y un bisturí, se encintó la mano para no cortarse y le escribió una carta, un pleno acto perverso, para culpar a su marido” y luego mató a sus hijos.

En tanto, al momento de decir sus últimas palabras, antes de que el tribunal pasara a deliberar, Fucilieri manifestó: “No me cierra nada y nunca lo hará, formé una familia con una persona que quería que supliera la familia que no tuve, llegó mi hijo y fue lo mejor de la vida y después llegó su hermanita, siempre me hice cargo de los niños”.

Según la acusación del fiscal Diego Alejo López Ávila, entre la noche del 2 y la madrugada del 3 de octubre de 2017 la acusada primero degolló a su hijo Marceliano, de cuatro años. Su otra hija, Pía del Rosario, de dos, se despertó por los desgarradores gritos de su hermanito e intentó escapar ocultándose en la cama de sus padres, pero falló en su intento. “Tenía lesiones defensivas en sus manos y brazos”, explicó Silvia Furque, representante de la querella.

También quedó demostrado en el juicio que ella había matado a sus hijos para vengarse porque su expareja, Aldo Martínez, la había dejado. La nota que se encontró en la escena del crimen dirigida al padre de las víctimas fue uno de los elementos que marcaron la premeditación del hecho. “Hijo de puta, ahora vas a sentir culpa… Vas a pagar por cada gota de sangre derramada por tus hijos… No vas a vivir tranquilo nunca… Ni vos ni tu familia”, decía./TN

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