En la actualidad, se estima que entre el 20 y el 30 % de la población mundial vive con algún tipo de alergia. Y esta cifra ascendería a un 50% en 2050 de acuerdo a la Organización Mundial de la Alergia, potenciado por los efectos del cambio climático, el aumento de la polución ambiental y hasta por nuevos estilos de vida.

En el marco del Día Mundial de la Alergia, es importante conocer más sobre ellas. Una alergia ocurre cuando el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada a un alérgeno, lo toma como un invasor y trata de combatirlo.

Algunas pueden ser estacionales siendo la primavera la época de mayor incidencia, y otras se dan mediante el contacto con sustancias presentes en el aire como polvo, ácaros, hongos, pólenes; en los alimentos especialmente en la leche de vaca, huevos, pescados, frutos secos o mariscos; a través de los insectos como la hormiga roja, la abeja y la avispa que son las causantes de las alergias más frecuentes e incluso en contacto con mascotas; y en los medicamentos como los antiinflamatorios, los de venta libre y la penicilina.

Cabe agregar que el estrés puede ser un poderoso inmunosupresor y actuar como desencadenante o agravante de alergias, al aumentar los niveles de histamina en sangre.

Los síntomas que provocan las alergias son muy variados y no necesariamente se manifiestan de igual forma en todas las personas. Entre ellos se encuentran: secreción nasal y lagrimeo, picazón en los ojos, estornudos, tos, acidez, náuseas, urticaria, dificultad respiratoria o trastornos más severos como el asma y la rinitis alérgica (RA). Según la OMS, aproximadamente 300 millones de personas tienen asma y, de ellas, el 80% tiene rinitis alérgica.

10 recomendaciones prácticas a tener en cuenta para prevenir la alergia:

Mantener una buena higiene: ventilar bien los espacios, dejar entrar el sol a los ambientes para disminuir la humedad, usar trapo húmedo para limpiar y materiales hipoalergénicos.

Aspirar las alfombras y limpiar inmediatamente productos derramados.

Revisar los filtros con frecuencia, tanto del aire acondicionado como de la calefacción, ya que permiten eliminar cualquier posible entrada de alérgenos.

Lavar la ropa de cama al menos una vez por semana y cerciorarse de que esté bien seca.

No utilizar almohadas con plumas ni mantas de lana. Usar fundas de colchón y almohadas antialérgicas.

No guardar ropa húmeda ni de lana en la habitación.

Tener muebles sobrios, sin tapizados y que sean fácilmente lavables.

Evitar que las mascotas suban a la cama.

En lo posible, no colocar los peluches en las camas de los niños.

No fumar.

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