El afamado cigarrillo electrónico tiene cada vez más adeptos en Santiago y, pese a que su comercialización está prohibida, acceder a ellos no es complejo. Los adolescentes son los que más se sumaron a esta peligrosa “moda”.
El cigarrillo electrónico fue promocionado en sus inicios como la solución para dejar de fumar. Sin embargo, diversos estudios médico-científicos probaron que este aparato, conocido también como “vaper”, no es inofensivo y puede acarrear hasta problemas oncológicos.
La Dra. Silvana Corpas, especialista en Neumonología señaló que el uso de estos dispositivos aumentó entre la población santiagueña, especialmente entre los jóvenes y adolescentes que se proponen dejar de fumar. En paralelo, y a espaldas de la ANMAT –porque está prohibido– creció la oferta de cigarrillos electrónicos, lo que facilita su accesibilidad.
La médica señala que no está autorizado, dado de que no hay pruebas de que usándolo “puedas dejar de fumar” y porque, en definitiva, “estás este absorbiendo humo”. “Es un humo con muchos tóxicos, solo que no tiene nicotina”, precisó.
Según explica, en Europa se llevaron adelante numerosos estudios al respecto, dado que el cigarrillo electrónico lleva veinte años de lanzado al mercado. El invento tuvo lugar en China en el 2003 y un año después salió a la venta.
En Argentina como en tantos otros países también tuvo su auge, pero las dudas sobre su efectividad siempre estuvieron latentes. Es por eso que en 2011, la ANMAT prohibió su importación, distribución, comercialización, publicidad o cualquier modalidad de promoción en todo el territorio nacional.
Las farmacias acatan la medida, pero en el “mercado negro” no es difícil conseguirlos. Hay casas que los ofrecen, como así también particulares que usan el anonimato de las redes sociales para promocionarlos sin ningún tipo de inconvenientes.
CONSUMO ADOLESCENTE
El uso del “vaper” gana terreno entre los adolescentes. La Dra. Corpas señaló que los chicos lo implementan a edades cada vez más tempranas. “En menores desde los quince años y hasta los jóvenes de 20 son los que más lo usan”, comentó.
Lamentablemente, no solo es una práctica promocionada como alternativa sana, sino que se convirtió en una suerte de “tendencia”. “Lo más grave de todo esto es de que lo imponen como moda y lo han impuesto como que vos dejas de fumar gracias a eso. Y no, porque sigues vapeando y sigues fumando sustancias tóxicas”, ratificó la especialista.
Y estableció un paralelismo con la historia del cigarrillo. “Antes, veías un hombre o una mujer fumando, y era ‘chic’. Ahora imponen eso con el ‘vaper’”, consideró. Tanto es así que los fabricantes se las ingeniaron para crear cigarrillos electrónicos de distintos tamaños, con forma de lapiceras, saborizados. O bien, se puede comprar un líquido para saborizarlo.
FUNCIONAMIENTO Y CONSECUENCIAS
“Funciona por combustión. Pero cuando vos desarmas un ‘vaper’, después de varios usos y ves el filtro, está negro, está quemadísimo, o sea que en la combustión también vos absorbes este humo, como el como el humo del cigarrillo, solo que no tiene nicotina”, indicó la médica.
Las consecuencias del uso de este producto que promete abandonar el consumo de nicotina son graves. Corpas comentó que entre las patologías detectadas se encuentra el cáncer del labio, de lengua y/o de garganta.
Muchos de los consumidores alegan que no tragan el vapor generado por el cigarrillo electrónico; lo que no evita daños. “Capaz no en una ‘vapeada’. Pero si haces diez ‘vapeadas’, una mínima dosis de humo va al pulmón”, detalló.
Eso, al margen de que quienes lo implementan pueden pasar largos periodos con el dispositivo. “Vos puedes estar todo el día con esto; no es como el cigarrillo que se consume en diez, quince minutos”, precisó.
EN ESTUDIANTES
La Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (EMTJ), publicada en septiembre de 2019 incluyó por primera vez la evaluación del consumo de cigarrillo electrónico. “Los resultados muestran que el 7,1 % de los estudiantes secundarios de entre 13 y 15 años consumen actualmente cigarrillos electrónicos en nuestro país y que el 14,4% de los estudiantes algunos vez los probó”, explicaba el sitio web de la Secretaría de Gobierno de Salud.
Además, precisaba que el 20,2% de los estudiantes consume algún producto de tabaco: varones 18,7% y mujeres 21,4%. El 18,0% consume cigarrillos: varones 17,6% y mujeres 21,1%. Mientras que el 35,3 % de los estudiantes estuvieron expuestos en su casa al humo de tabaco ajeno y el 43,7% en lugares públicos cerrados.
Sin embargo, lo más preocupante del caso es que 8 de cada 10 estudiantes manifestaron no tener inconvenientes a la hora de conseguir cigarrillos, ya que nadie se niega a venderles.
Y hace cinco años atrás, este informe ya advertía sobre la publicidad y el consumo del producto: “Es muy preocupante la popularidad que los cigarrillos electrónicos están adquiriendo entre los adolescentes, por la facilidad del acceso, su atractiva publicidad, la variedad de sabores de los líquidos y la creencia de que son más seguros que los cigarrillos tradicionales”.
Y mencionaba algunos de los lugares donde se generalizó de manera sorprendente. “Esto se confirma al observar que en varios países, como Trinidad y Tobago, Jamaica, Guyana, Republica Dominicana, Panamá, Polonia, Ucrania, Rusia, donde su uso ya supera al del consumo de cigarrillos tradicionales”, explicaba.
Silvana Corpas remarca que el vaper no es una solución para dejar de fumar, ni mucho menos. La adicción continúa, dado que el proceso para dejar el mal hábito requiere de todo un camino terapéutico. “Tiene que ir de lo mínimo a lo máximo. Tiene que haber una predisposición y una disposición para dejar de fumar y buscar ayuda”, resaltó.