06 de noviembre, 2025
Actualidad

Un 28 de octubre de 2023 moría, en extrañas circunstancias, el actor Mathew Perry. El mismo que había hecho las delicias de los amantes de la serie “Friends”, con su personaje Chandler Bing. El sexteto veinteañero que protagonizara aquella serie, no imaginaba que esa serie, que comenzara un 22 de septiembre de 1994, iba a significar tanto para los contemporáneos y para un público variopinto que degustó aquellos parlamentos inolvidables. Hoy recordamos a Perry, a dos años de su muerte.

 

Entre el tenis y la actuación

Mathew Perry eligió. Era un promisorio jugador de tenis, pero audicionó para Friends, una serie que en ese momento estaba en etapa de preparación. Cuenta la leyenda que el actor Craig Bierko, que iba a interpretar a Chandler, faltó a una audición. Dicen que era tan bueno en las audiciones que quedó.  Colgó la raqueta y empezó la historia (que, para la serie, duraría diez años).

 

Friends y el legado de “Chandler Bing”

Si hubo una serie televisiva que marcó una época, probablemente, una fue Friends. Por cierto, encuestas mundiales sobre series icónicas de la historia de la televisión, la coloca entre las primeras, junto a otras como “Seinfield”, “The Big Bang Theory” y “The Nanny”. Pero, aunque pueda ser debatible, lo cierto es que marcó una etapa, porque la reflejaba, con guiños y detalles únicos.

Quizá porque, aparte de unos grandiosos guiones, relataba un tiempo, para una generación contemporánea y llena de guiños y recuerdos. Un tiempo en que la música, la moda, las formas de ver la vida, eran similares, a las que vivimos muchos de los coetáneos de los protagonistas. 

Los noventa y principios de los dos mil fueron años bisagra, porque terminaban los tiempos de pura aventura para luego convertirse en aventura más responsabilidad. Y la serie Friends, lo relataba de un modo único. Con el mismo lenguaje, con la música que transportaba a iguales recuerdos, a parecidas experiencias.

Si me preguntaran de los seis personajes, cuál era favorito, digo sin duda alguna: Chandler Bing.

Era irónico más que gracioso, la ironía es una forma más elevada del humor, porque te da un tiempo de changüí para pensar, el humor no está prefabricado, necesita de cierta elaboración final del espectador. La sutil diferencia entre humor e ironía. Eso generaba Chandler, te daba un tiempo para pensar y el efecto risa, una vez hecha la elaboración, era doble. Los seguidores de Friends, como de los grandes productos han logrado el efecto fanatismo. Al punto de haberla visto innúmeras veces y de recordar cada parlamento, del personaje aludido, casi de memoria.

“Chandler Muriel Bing” era hilarante de una forma moderada y a la vez profunda. Los que sienten lo mismo que yo entenderán si digo: "The sun", "Duties", "Whapaaa", y tantos chascarrillos que sólo él sabía decir y sólo los seguidores lo tienen en su cuaderno de bitácora. Era mordaz, eso, era mordaz, y verlo era un espectáculo para los ojos y los oídos, porque sus gestos acompañaban a la perfección cada milimétrico parlamento.

Los seguidores de Friends, vieron que luego de Chandler Bing no hubo otro personaje con tanto sarcasmo para Matthew Perry, a pesar de los intentos de los productores de reencauzar su carrera actoral.

Eso, más una serie de problemas de salud física y mental, hicieron lo suyo. Dicen las crónicas que murió de un ahogamiento. Pero probablemente se murió de tristeza. Una enfermedad previa, que lo obligaba a tomar opioides, lo condujo por un camino que nunca remontaría. El de la adicción. Era un hombrecito triste que pugnaba por sobreponerse. Esa es la impresión que dio siempre y confesó que, a pesar de su Penthouse y de la fama que logró, nunca había sido feliz, de suyo no formó pareja estable ni tuvo descendencia.

Por eso dolió tanto la forma de su partida. El antihéroe Chandler se fue a prodigar su ironía a otra dimensión, en la barca de Caronte, lo debe de estar sobornando con una moneda y un par de chistes de ocasión, para terminar donde se merece: el Paraíso.

Se muere Chandler y se muere un poco de una generación, pero por suerte está la memoria de los fanáticos de la serie, que incluye a mis hijos y a gente más grande que yo, porque la serie y él en particular, rompió barreras etarias, con un humor tan exquisito como, paradójicamente universal.

Gracias por la risa Chandler Bing.

Ojalá tu alma esté evaporándose por el éter de la eternidad, con toda la luz que supo prodigar tu paso por esta vida.

Ojalá puedas reír, sin tristeza alguna oculta, sin parodias para tapar heridas, sin chistes para camuflar lágrimas.

Gracias por las risas, Mathew Perry. Gracias de verdad.

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