En la edición N°38, de junio de 1994, LA COLUMNA realizó una entrevista personal a Félix Seravalle, más conocido como “El comandante Puma”, quien fuera el líder de Los Uturungos, el movimiento que realizó el copamiento de la comisaría de Frías. Un diálogo profundo, realizado hace más de 30 años, que vale la pena recordar.
Hubo una época en que los hombres obraban por sus ideales, hasta la vida eran capaces de dar a cambio de la concreción de La Causa. La historia argentina, sin ir muy lejos tiene muchos ejemplos para testimoniar.
Hubo una época que se denominó de la "resistencia peronista", heroica y traidora, solidaria y oportunista. De esos años, que se inician en 1955 con el golpe que volteó al peronismo y exilió a Juan Domingo Perón, son los Uturungos, una mítica fuerza guerrillera con origen en Tucumán y Santiago del Estero. Fueron los de la Operación Frías. Querían que vuelva Perón y dar la tierra a los trabajadores.
El comandante Puma, Félix Serravalle (69), fue uno de sus dirigentes. Hoy vive en La Banda: "Soy un tipo feliz, nunca fui un mercenario de la política, nunca me vendí, hoy es todo corrupción. Todo lo que tengo es esto que me ve, nunca pasé la factura porque lo que hice fue por la causa nacional”.
Félix Serravalle: Nosotros optamos y formamos el primer comando "17 de octubre, Perón o Muerte", en los primeros años del gobierno de Arturo Frondizi, porque interpretábamos que se había traicionado el acuerdo con Perón. La gente estaba caliente por la caída del peronismo en 1955, y por las matanzas de los basurales de José León Suárez y los fusilamientos del general Valle.
La.Columna: ¿El norte era muy peronista en esa época?
F.S.: El norte era cien por ciento peronista, principalmente por los gremios que había. Aquí estaba la Fraternidad, la Unión Ferroviaria, los obreros forestales de la Focit, porque en la Focit estuvo un hachero que fue diputado por el peronismo, Claudio Jesús Alagastino, excelente persona. Entonces nos juntamos n Tucumán, en el comando Perón o Muerte y empezamos a hacer la difusión de los mensajes de Perón en el exilio, que los recibíamos vía Tucumán. En reuniones de tipo familiar se escuchaba la voz del " viejo" donde daba las instrucciones para la Resistencia. Tal es así que fabricamos un transmisor con un alcance de 40 km que se llamaba Patria Libre, e interferíamos las emisiones de radio Tucumán, poníamos como característica musical "La blusa Azul" y la “Zamba de las Tolderías" y a continuación hacíamos escuchar un comunicado del peronismo.
L.C.: ¿Qué era la resistencia peronista?
F.S.: Y bueno, nosotros nos reuníamos en células de seis o siete, uno traía el mensaje de Perón y lo hacía escuchar. Las mujeres colaboraban en la fabricación de obleas y mariposas con pequeñas consignas de los dichos del general. Cuando fue la orden del voto en blanco nosotros lo difundimos en el norte, cuando hubo que estar en la resistencia con el sabotaje para entorpecer la labor del gobierno militar también estuvimos. Eso ya nos fue dando cierto ejercicio y nosotros creíamos que había llegado el momento de pasar a otra etapa. No estábamos acorde con el terrorismo de colocar bombas, y decidimos con los compañeros de Tucumán formar el grupo.
L.C.: ¿Dónde se reunían en Santiago del Estero?
F.S.: En la casa del doctor Carral Tolosa, y sabían participar gremialistas como Hugo Espeche, Alfredo Farjá, que era dueño de la zapatería Derby, Manuel Paz, hombre que me presta la ladrillería para que haga el primer campamento de adoctrinamiento, en Chumillo. Ahí es donde yo hago la reclutada de mis soldados.
L.C.: Cómo nace Uturungo?
F.S.: Nosotros ya habíamos formado comandos enfrentados a los gobiernos de Eduardo Miguel, en Santiago y Celestino Gelsi en Tucumán. Nace de una reunión, luego de que un grupo de tucumanos hicieran un operativo en los cerros donde caen varios compañeros presos. De las reuniones surgió la necesidad de que Santiago tenía que hacer un operativo. Planificamos en principio la toma de la Jefatura de la Policía, teníamos todo programado, para entrar y sacar el armamento, pero después se frustró y planificamos la operación Frías. El nombre de Uturungo, nace de creer que la leyenda es parte de la idiosincrasia de los pueblos del norte. Entonces uturungo representaba el hombre que se vuelve tigre para defender a los pobres. Luego en la distribución de apodos a mí me toco elegir el nombre de "Puma" (Por Una Mejor Argentina).
L.C.: ¿Quiénes integraban la conducción en Santiago del Estero?
F.S.: Carral Tolosa, el Puca Abdulajá, Santiago Paz, Orlando Ávila, padre de Eduardo Avila, Gaseopo, Clemiro Gomez, dirigente ferroviario y yo.
OPERACIÓN FRÍAS
El 22 de diciembre de 1959 comienzan a llegar a Santiago los 16 militantes peronistas tucumanos que participarían de la operación Frías, lo más resonante en la corta vida de los Uturungos. Viajan disfrazados de mozos en los coches comedores, en Santiago se alojan en la casa de los padres de Serravalle y luego en el campamento Chumillo. El comandante Puma era el encargado de adoctrinar y entrenar a los campamentos de la ladrillería.
"Son gente pueblo pueblo, escasamente tienen sexto grado. El entrenamiento me lleva un mes en Chumillo. De noche marchas nocturnas, a guiarse por las estrellas, a leer el Manual de Subsistencia en el Monte del teniente coronel Rosales. El guerrillero tiene que aprender a subsistir. Estaba el que hacía el pan, la tortilla, se turnaban para cocinar y además estaba el responsable del campamento. Se hacía lucha con cuchillo y además los traía de a dos o de a tres al polígono como si fueran alumnos de una escuela a practicar tiro."
A Frías van 16 tucumanos y seis santiagueños, los esperan entre 22 y 24 policías.
L.C.: ¿Cómo fue el operativo contra la comisaría de Frías?
F.S.: Comenzó en la noche del 24 de diciembre. A mí me presta un uniforme de teniente coronel, Julio Pinto Bazán. Las mujeres colaboraron muchísimo, principalmente la Melitona Ledesma, fabricando los uniformes militares. En esa época ya se hablaba del golpe militar a Frondizi. Alcé a la gente mía, asaltamos Obras Sanitarias para sacar un camión y ahí partimos hacia Frías. Antes de llegar les di a los muchachos los lineamientos para el operativo. Asalté a Frías con una ametralladora de madera, hecha por mi papá que era carpintero.
L.C.: ¿No llevaban ningún arma?
F.S.: Teníamos un par de revólveres, pero uno no tenía gatillo, así que… cosas rejuntadas, viejas. Un Winchester, pero no teníamos balas de Winchester. Así que era lo mismo que no tener nada, pero... impresionaba.
Llegamos a las 04.10 de la mañana. Me presenté en la comisaria de Frías y pregunté quién era el oficial de servicio. “Soy yo", me dijo. "Hágame formar el personal, aquí ha estallado un golpe militar y venimos a tomar resguardo de la comisaría, así que ponga el personal a mis órdenes".
A uno de mis compañeros le ordeno requisar el armamento y a los policías les hago formar. Se quedaron mudos, asombrados. Les hicimos sacar la ropa y los metimos en el calabozo. Había siete fusiles, dos revólveres 38, una pistola 45 y sables viejos de antes. Rompimos la radio, cortamos los teléfonos. El operativo no llevó más de 10 minutos.
Había un tipo, que estaba en el primer calabozo, que era el que había robado un chancho, era el mañero del pueblo y bueno estaba detenido porque lo habían agarrado, le secuestraron el chancho y estaba listo para que los canas se lo coman. Le caímos nosotros y alzamos todo. De ahí agarramos el camino a Tucumán, ya derecho a los cerros. Todo salió perfecto.
L.C.: ¿Continuaron los asaltos en Tucumán?
F.S.: Alto Verde, Alpachiri, Arcadia, a todas les sacamos el uniforme porque esos eran de la Volanta, que era la policía que usaban los terratenientes para perseguir a los Obreros.
L.C.: ¿Qué pretendían los Jturungos?
F.S.: Usted no puede emprender una lucha sin una proclama, sin los puntos fundamentales, tres o cuatro para que la población los entienda el regreso incondicional de Perón, la tierra para la gente que no la poseía y convocábamos a la lucha armada en defensa del patrimonio nacional por la entrega que había hecho Frondizi del petróleo. El asunto es que nosotros teníamos como argumento eso y además queríamos hacer una zona liberada. Había triunfa- do la revolución cubana...
L.C.: ¿Eso los influyó?
F.S.: Mucho porque vimos de que era factible.
La bandera de los Uturungos no tenía el sol. Las mujeres le habían tejido una estrella federal. "Nuestra primera bandera, que tiene que estar entre los trofeos que tiene el ejército, es una bandera argentina con una estrella federal, para significar el nacionalismo y para que no nos crean "comunachos".
L.C.: ¿La idea era sentar el campamento base en los cerros tucumanos?
F.S.: Sí, estuvo en los cerros.
L.C.: ¿Tuvieron apoyo de la conducción nacional?
F.S.: El convenio fue así, nosotros nos habíamos reunido en Buenos Aires, en la casa de Arturo Jauretche, Adolfo Silensi, Silvio Frondizi y el general Iñiguez. Éste nos dijo: “Salgan ustedes muchachos, después nosotros, el ejército nacionalista, vamos a salir en apoyo de ustedes”. Todavía lo estoy esperando,
L.C.: ¿Perón supo de los Uturungos?
F.S.: Claro, supo y le mandó a decir a Willian Cooke que tuviera cuidado que no nos fuésemos a desviar a la izquierda.
"URIONDO FUE EL PRIMERO EN DESERTAR"
"Ya en el monte tucumano se producen las primeras deserciones. Los primeros que desertaron fueron los santiagueños, el primero que me pide la baja es el "Negro" Uriondo y va y se entrega a la policía. Consta en los diarios de Tucumán. Empezó a quejarse de sus riñones, baja y se entrega en Tucumán y como era sobrino del general Uriondo no tiene mucho problema. No me consta que nos delatara, pero pienso que sí, que tiene que haber dicho algo.
El 31 de diciembre Eduardo Miguel hace un llamado por radio, pidiendo al comandante Puma que libere a los muchachos santiagueños del compromiso. Y bueno, eso ya quedaba en cada uno, es así que deciden y se entregan. Lógicamente, tipos de la ciudad, acostumbrados a estar en los cafetines, no iban a hacer a revolución".
L. C.: ¿Qué pasa con el resto?
F.S.: A la final quedamos siete, aguantando tres meses en el campamento. Habíamos perdido la radio, no teníamos contacto con lo que pasaba. O nos convertíamos en bandoleros o nos reintegramos a nuestro grupo. Ya no hacíamos ninguna acción, entonces resolvemos un día bajar de los cerros. Caminamos 60 km y llegamos un domingo a Concepción.
En Monteros (Tucumán) lo detienen al Puma, en épocas del plan Conintes. "Fui detenido y encarcelado en Magdalena, me defiendo yo sólo ante los tribunales militares. A mí me quiebran el brazo, hoy no lo puedo mover, para que delate a mis compañeros, pero detrás mío no cayó nadie. De Magdalena me trasladan a Ushuaia. Estuvo preso tres años y siete meses”.
"JUAREZ LA PASO BIEN"
L.C.: Juárez ya había sido gobernador de la provincia, ¿qué papel tuvo en esto?
F.S.: Ninguno, Juárez para mí no sirvió nunca para nada.
L.C.: ¿Juárez ya era un caudillo en Santiago?
F.S.: Bueno, Juárez siempre manejó... ¿cómo le podría decir? Si yo tuviese que hacer un juicio, la desgracia que tiene Santiago del Estero es responsabilidad pura y exclusivamente de Juárez, porque él nunca favoreció más que a los que le rodearon a él. La plata que recibe Juárez para el desarrollo de la provincia se la da a un constructor. Este empresario hace la plata por la obra pública sin capital de riesgo, sin inversión. Cuando Juárez es gobernador se hace el palacio de Tribunales, lo hace la empresa Deiner, se comieron un piso de comisión. Juárez creó la mentalidad de la dádiva, consiguió adhesiones de la gente dándole cosas, pero nunca se ocupó del desarrollo.
L.C.: ¿Ustedes se conocían?
F.S.: Claro, mi papá le fue a decir que me defienda cuando estuve preso, y él le dijo que si no había plata no me podía defender.
L.C.: ¿Juárez era perseguido por los militares?
F.S.: Bueno, había que perseguirlo a Juárez porque era el gobernador, pero la pasaba bien. Estuvo preso en el policlínico Regional, cuando vino la revolución del 55, después salieron. No pasó nada, estuvo bien. Perseguían a los que no tenían nada, esos la pasaban mal.
L.C.: ¿Siguió militando en el peronismo?
F.S.: Hasta hace poco, pero ya no me siento identificado con el peronismo, hay más pobres, hemos perdido todo el patrimonio nacional, no tenemos ni la dignidad de los argentinos porque EEUU se permite presionarnos con las patentes de medicamentos. ¿Qué país soberano podemos consideramos? Los pueblos que no manejan su economía nunca son libres, dijo José Martí.
L.C.: ¿Cómo califica al peronismo santiagueño a lo largo de su historia?
F.S.: No sirve, no queda gente. El peronismo está todo corrupto. La gente humilde es peronista sana y los pícaros los mantienen siempre, pero no les dan alternativas de progreso ni los hacen participar. Les dan vino, asado y los llevan a votar. Se perdió la solidaridad, todo es ambición, querer llegar a un cargo. No hay resentimiento en lo que digo, vivo feliz, nunca me vendí, nunca fui un mercenario de la política. La patria se va a edificar con aquellos que tengan ideales de patria.
L. C.: Los movimientos guerrilleros de las décadas del 60 y 70, en su gran mayoría, terminaron en grandes tragedias y fracasos. ¿Cree que esa etapa de explosiones ya está terminada en América Latina?
F.S.: No. Ahora porque hay un sojuzgamiento de los pueblos, pero algún día van a florecer a medida que siga creciendo la miseria y la explotación. Hay estados latentes de rebeldía. Esto no va a terminar bien, a los pueblos se los puede tener sojuzgados, pero llega el momento que se quieren liberar.
(Entrevista realizada por Sergio Salerno)