El clima cálido puede plantear graves problemas de salud para los chicos mientras practican algún deporte o simplemente están activos al aire libre.
A medida que las temperaturas tienden a aumentar, los niños enfrentan un riesgo cada vez mayor de sufrir enfermedades como agotamiento e insolación. El golpe de calor por esfuerzo (golpe de calor relacionado con el ejercicio) es una de las principales causas de muerte súbita en los atletas, especialmente entre los jugadores de fútbol.
En los días calurosos, los niños sudan. A medida que la humedad de la piel se evapora, se lleva consigo parte del calor del cuerpo. Pero el sudor puede no ser suficiente para mantener fresco a un niño, especialmente si no bebe suficiente agua o si el nivel de humedad es alto.
La temperatura corporal puede comenzar a subir. Esto puede hacer que el corazón de un niño se acelere mientras lucha por bombear sangre por todo el cuerpo. Si no se toman un descanso para hidratarse, refrescarse y descansar, los niños pueden experimentar:
**Calambres musculares
**Mareos
**Dolor de cabeza
**Náuseas o vómitos
**Sudoración excesiva (o piel fría y húmeda)
**Somnolencia y confusión
**Pérdida de coordinación
Síntomas como estos pueden indicar un agotamiento por calor, lo que significa que es hora de dejar de jugar y pedir ayuda a un adulto. Cuando no reciben atención inmediata, pueden sufrir un golpe de calor, que implica una temperatura corporal superior a 40° C. En este punto, los niños pueden desmayarse, sufrir convulsiones o incluso morir. El golpe de calor es una emergencia médica.
HUMEDAD
La respuesta tiene que ver con cómo nuestro cuerpo soporta las altas temperaturas. Nuestra primera línea de defensa es sudar y, a medida que el sudor se evapora, nos refrescamos de forma natural. Pero cuando el aire está saturado de humedad, la evaporación se ralentiza, lo que nos hace más vulnerables a las enfermedades causadas por el calor.
Incluso las temperaturas modestas de 24° a 30° C pueden ser peligrosas si el índice de calor alcanza los 32° C, el umbral de precaución al jugar o trabajar al aire libre. Un índice de calor de 40° C o más indica un "día de peligro" en el que los niños y las familias deben limitar el tiempo al aire libre. Obtenga más información sobre los riesgos de calor de su familia con el Heat and Health Tracker de los CDC.
Ahora bien, ¿cómo pueden los niños activos afrontar el calor extremo? Incluso si sus hijos no juegan fútbol ni corren a campo traviesa (los dos deportes con las tasas más altas de enfermedades relacionadas con el calor), pueden sufrir cuando hace calor afuera. Por ejemplo, los niños que actúan en bandas de música trabajan en parques de diversiones o se encargan de tareas de jardinería y césped pueden sufrir enfermedades relacionadas con el calor. Las enfermedades relacionadas con el calor tampoco son exclusivas del ambiente al aire libre: los niños que trabajan o hacen ejercicio en espacios interiores no refrigerados, como casas de campo, graneros o piscinas cerradas, también pueden experimentar estas condiciones.
Por eso, es recomendable:
**Vigilar de cerca a los niños pequeños, que necesitan protección y supervisión adicionales. A los niños pequeños les encanta estar al aire libre, pero es posible que no se acuerden de beber agua o tomar descansos a la sombra. Fomentar pausas regulares para tomar agua y refrigerios es una estrategia útil para evitar la deshidratación.
Dado que los niños pequeños son más sensibles al calor que los niños mayores, es aconsejable limitar los juegos al aire libre. Mantenerlos a la sombra durante las horas pico de radiación ultravioleta (aproximadamente de 10 de la mañana a 3 de la tarde) reducir los riesgos de enfermedades causadas por el calor y quemaduras solares.
**Ayudar a los niños mayores a sintonizarse con sus cuerpos. Cuando los pequeños y adolescentes juegan al aire libre, es posible que ignoren las señales que indican estrés por calor. Asegúrese de que sepan a qué prestar atención y enséñeles a consultar con un adulto responsable de inmediato. Explíqueles que los adultos también los cuidarán, pero que pueden protegerse siendo sus propios "primeros socorristas". En consecuencia, los adultos que puedan estar supervisando a los niños deben estar atentos a los signos y síntomas de las enfermedades causadas por el calor.
**Animar a los atletas jóvenes a cuidarse unos a otros. Los niños pueden apoyar a los entrenadores, preparadores físicos y otros adultos observando las señales de estrés por calor en los compañeros del equipo y en los jugadores.
**Promover el "mantenerse fresco". Muchos jóvenes atletas no quieren quedarse afuera cuando hace calor. La presión de sus compañeros o del entrenador puede impulsarlos a seguir moviéndose en los días calurosos, incluso cuando sus cuerpos les advierten que se detengan. Sorprendentemente, muchos programas deportivos no tienen pautas específicas para prevenir las enfermedades causadas por el calor, por lo que los adultos deben estar preparados para hablar.
**Preguntar a los entrenadores y coordinadores deportivos qué precauciones de seguridad contra el calor existen y, si el índice de calor alcanza los 32° C, considerar dejar a su hijo sentado fuera durante el día. Los partidos y encuentros perdidos pueden causar serias decepciones, pero nunca vale la pena arriesgar la salud de un niño.
**Involucrar a su hijo. Antes de salir, pida a los niños que le ayuden con unos sencillos pasos. Consulten el parte meteorológico, pónganse protector solar resistente al sudor e hidrátense juntos. Lleve consigo botellas de agua fría o congelada, con botellas de repuesto en el coche o en el portabicicletas. Si su hijo no usa uniforme, ayúdelo a elegir ropa holgada, de colores claros y transpirable. A medida que su hijo crezca, anímelo a asumir la responsabilidad de estos pasos para que se conviertan en prácticas para toda la vida.
**Ayudar a los niños a adaptarse al ejercicio en el calor. Al comienzo de una temporada deportiva, o siempre que viajen a una zona más cálida, pida a los niños que comiencen gradualmente. Los minutos de juego al aire libre pueden aumentar durante 7 a 14 días, dándoles tiempo para adaptarse. Coordine con entrenadores, guías de excursiones y otros adultos para garantizar apoyo en el terreno si no estará presente.
**Haga equipo con otros adultos. Establezca contactos con otros padres que puedan proporcionarle agua, bebidas con electrolitos o frutas frías y crudas a su hijo cuando usted no pueda asistir a las prácticas o los juegos. (Ofrézcase a hacer lo mismo por ellos cuando no puedan asistir). Intercambie información de contacto para que puedan ayudarse mutuamente en una emergencia relacionada con el calor. Si sus hijos pasan tiempo en la playa o el lago, obtenga más información sobre el trabajo en equipo de adultos y familias para mantenerlos seguros.
**Dar un buen ejemplo. Los adultos también deberían reducir el ritmo en los días calurosos, ya que los niños siguen su ejemplo. Los niños y adolescentes pueden sentirse frustrados cuando les pides que se salten juegos o salidas en días calurosos. Utilice el índice de calor como una forma neutral de tomar decisiones saludables y cambie también sus propios planes.