En la búsqueda de un pasatiempo conjunto, Gabriela Targa y Mario Ruiz aprendieron a armar muebles de melamina. Con el correr de los años, una atinada serie de capacitaciones y el trabajo en equipo, lo convirtieron en “Maderas MR”, un gran proyecto familiar que hoy está presente en el mobiliario y la decoración de muchas casas y oficinas de Santiago.
En su domicilio, en el barrio Vinalar, el matrimonio hizo lugar para un taller que poco a poco se llenó de herramientas y materiales. Allí diseñan y construyen a medida mesas, sillas, alacenas, bajo mesadas, armarios, organizadores y un sinfín de muebles de gran utilidad.
Gabriela es ingeniera en Agronomía y trabaja como docente en la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE); mientras que Mario es técnico en Laboratorio y se desempeña en el hospital Regional en el tiempo que sus profesiones les dejan, se dedican a consensuar con los clientes cada detalle de los proyectos que les encargan para que el producto final se acerque lo máximo posible a sus expectativas.
Después de 16 años de casados y 6 de novios, la emprendedora explica que con su esposo se entienden muy bien a la hora de trabajar. Y, si bien eso no los libra de alguna que otra discordia en el proceso, todo se supera fácilmente gracias al resultado del trabajo y la satisfacción de quienes lo encargaron.
En la siguiente entrevista, la profesional relata los inicios de este emprendimiento que nació hace unos cinco años atrás y que, cada tanto involucra a sus tres hijas y otros familiares que no dudan en ayudarles si lo necesitan. Además, cuenta cómo fueron aprendiendo de carpintería con melamina y de promoción y ventas para sus productos.
-¿Cuándo y cómo arranca este emprendimiento?
-Hace unos cinco años que desarrollamos muebles, tanto para uso doméstico para cocinas, como para oficinas y lo que uno requiera dentro de la casa o del trabajo. Hacemos muebles a medida, porque la gente nos llama y piden un mueble con determinadas características.
Nosotros vamos y les mostramos la melamina con la que trabajamos. Los hacemos partícipes de esto, porque esa persona es algo más que un cliente para nosotros, ya que se establece una determinada relación. Entonces, lo que hacemos es desarrollar o crear ese mueble que ellos necesitan.
Por ahí nos dicen: “necesito un mueble para esta esquina” y nosotros le explicamos: “mirá, este color te conviene porque combina con tu mobiliario, o con el diseño de tu casa…”. Y después, entre los tres: el cliente, Mario y yo planificamos el mueble.
-¿Cómo se les ocurrió trabajar con melamina y por qué decidieron hacer muebles?
-Yo soy ingeniera en Agronomía y Mario trabaja en el hospital, como técnico de Laboratorio. Este emprendimiento ha empezado, como para desestresarnos de las actividades que nosotros desarrollamos.
-¿Qué fue lo primero que construyeron?
-Hemos empezado primero con casitas para perros y camitas. Entonces, entre los dos, Mario se encargaba del armado y yo de la decoración. Nos fijábamos que podía tener de innovador esa camita o cuchita para darle nuestro toque.
En ese momento trabajábamos con un taladro común y corriente, nos equivocábamos, poníamos tornillos que no correspondían… todo era prueba y error. Después hemos encontrado gente que trabaja en “Mundo Herraje” (proveedores de materiales), de Armando Diambra y Andrés que eran conocidos de Mario y ellos veían que a nosotros nos interesaba así que nos han becado para hacer un curso y ahí hemos empezado con pedidos de la familia, de los amigos. Hemos armado la página nuestra de internet, para que nos conozcan.
De ahí hemos empezado a crecer, y de cuchitas hemos pasado a trabajar en cocinas, en armarios, en placares, en vestidores; cosas más grandes.
-Es decir que los dos fueron aprendiendo a la par…
-Sí, sí, yo principalmente me dedico a todo lo que es la parte de redes, de conocer al cliente, de diseñar. Y Mario está principalmente en lo que es el armado y la ejecución del proyecto.
Cuando las cosas han ido creciendo, hemos adicionado gente, por ahí hemos necesitado de nuestros sobrinos, de Nelson y José, que son los que nos han ayudado a acarrear, armar y colocar las cosas. Mi hermano, que es ingeniero electrónico, nos ayudaba a colocar los muebles de la cocina o vestidores con luces para que quede más moderno. Así que es un proyecto de dos y de vez cuando se suma alguno más y es un proyecto familiar.
-Esto es algo a lo que se dedican en su tiempo libre…
-Claro, yo trabajo en la universidad durante la mañana y a la tarde armando muebles. Y Mario, los días que no tiene guardia, se dedica también a esto.
-¿Qué crees que diferencia a sus productos de otros del rubro?
- Más que en los productos, porque todos en definitiva son similares, tienen una impronta nuestra. Nosotros guiamos al cliente y en esto estamos involucrados los tres. Tratamos en lo posible de que sea completamente un combo de ideas. Nosotros intentamos ofrecerles cosas nuevas, factibles o altamente ejecutables. Por ahí, el cliente nos dice: “yo quiero que mi cocina tenga tres estantes” y nosotros, le sugerimos: “en vez de tres, pueden ser cuatro y puedes ocupar mejor el espacio”. Eso, el hablar, el involucrar al cliente, nos diferencia del resto.
-¿Cómo es trabajar en pareja? ¿Hay conflictos?
-Todos los conflictos de matrimonio. Es una forma de decir porque, en general, siempre lo hablamos mucho, al estar los dos involucrados en esto dejamos que las ideas surjan y se plasmen, ya sea tanto en el papel, como en el proyecto, a futuro. Obviamente que al principio es discutir las ideas, y después de un ‘tire y afloje’ nos quedamos con la mejor opción. Pero bien, son esas perlitas de las que después uno se ríe.
-Y a la vez también es trabajo que los une...
-Sí, obviamente que después llega la satisfacción y el orgullo al terminar el proyecto y ver que el cliente ha quedado conforme, o nos ha dicho que no le gusta tal parte, entonces vemos la forma de solucionarlo.
Además, la familia también se ve involucrada porque cada vez que terminamos un producto les avisamos y les mandamos las fotos, videos… Ellos son también los primeros que nos ayudan y nos apoyan.
-¿Qué tienen pensado a futuro para este proyecto?
-La idea es obviamente seguir capacitándonos, no solamente la parte de producción; de elaboración de un producto, porque siempre van apareciendo cosas nuevas. Las maderas vienen distintas, los herrajes, las bisagras, las manijas… Entonces, las veces que aparece algo nuevo, tratamos de conocerlo de estudiarlo, de preguntar si no sabemos cómo realizarlo. Siempre estamos tratando de hacer capacitación, ya sea por cursos o por consulta a gente más experimentada. Obviamente, también cursos de marketing, cursos de manejo de redes sociales, porque es lo que se necesita para que nuestros otros clientes nos conozcan.
Ojalá que los dos podamos seguir y ser esto una fuente de ingresos. En este memento estamos equipando al sueldo de los dos y eso nos ayuda en nuestra economía. Queremos crecer y poder ayudar a la gente que nos rodea.
-Mencionabas la promoción a través de las redes sociales, ¿qué tan importante es esto para ustedes, como emprendedores?
-Nosotros no tenemos ningún showroom, o una vidriera en ningún lugar. Entonces, nuestra vidriera, obviamente son las redes sociales. Tratamos, en lo posible de que el Instagram esté siempre actualizado con todos los proyectos que nosotros realizamos y que la fotografía sea cada vez mejor o más fiel a lo que queremos mostrar.
-¿Cómo hacen para sostener este emprendimiento en un momento bastante crítico en lo que respecta a lo económico?
-La verdad es que nosotros hemos empezado a comprar cada una de nuestras herramientas con nuestro sueldo. Después, cada proyecto nos ha ido ayudando a tener algún otro elemento. Entonces, son los proyectos los que hacen que podamos ir creciendo. Ahora, prácticamente, no utilizamos de nuestros sueldos para mantenerlo.
No sé cómo ni por qué, pero desde que hemos empezado, tenemos trabajos. Incluso desde el año pasado que venimos con una marcada inflación, todos los meses hemos tenido un proyecto y por eso estoy muy agradecida. Eso nos ayuda a seguir, a no bajar los brazos. Capaz este mes es proyecto grande, el otro uno más pequeño, pero siempre hay algo.
-¿Qué creen que se podría hacer desde el Estado para ayudar a los emprendedores?
-Creo que todo emprendedor empieza acarreando su propia mochila y, a partir de ahí va más o menos rápido.
Por ahí el hecho de que el Estado esté presente abriéndonos más puertas a poder comunicarnos, adquirir créditos. Pero si uno quiere, puede ser emprendedor y bancarse solo, tratar, en lo posible de que la ayuda extra sea mínima y que el esfuerzo sea tuyo, más que del otro. Yo creo que cuando uno quiere emprender, cuando más pones de vos, más tuyo es el proyecto.
-¿Cómo se describirían como emprendedores?
-Nuestra empresa es 100% familiar. Nuestras hijas, que son tres, más de una vez nos han ayudado a levantar un mueble, a alcanzar tornillos a dar su opinión de si les gustaba o no, a ser modelos para nuestras fotos.
Y en cuento a nosotros, creo que Mario se caracteriza por la perseverancia y eso lo ha llevado de poner un tornillo más o menos a hacer un mueble muy bien. Es muy perfeccionista, detallista. En cuanto a mí, yo soy la otra parte, la que siempre va para adelante, la que habla con la gente, la convence y trata en lo posible de que las cosas sean factibles y no utopías. Tengo facilidad de hablar, poder transmitir y ser más calmada, de no entrar en pánico ante algún problema. Eso nos hace un buen equipo.