La ivermectina es un medicamento que deriva de una sustancia aislada a principios de los años setenta, a partir de muestras de tierra en Japón y que tiene la curiosa actividad de ser muy activo contra dos tipos de parásitos, los que afectan tanto el interior como el exterior del organismo. Es muy efectiva contra parásitos externos como los piojos y los ácaros que causan la sarna. También contra los gusanos redondos, entre ellos los áscaris, muy comunes en niños y adultos que viven en condiciones de pobre higiene.

Así mismo es efectiva para las filarias y las onchocercas, que causan la elefantiasis y la oncocercosis, dos enfermedades muy debilitantes y comunes en millones de personas que viven en las regiones mas pobres del África. La ivermectina es considerada una de las medicinas más útiles que se hayan descubierto. Esto se debe a que -con la ayuda del Centro Carter- ha contribuido a casi eliminar la oncocercosis o «ceguera de los ríos» en África, una enfermedad que como su nombre lo indica, es una de las principales causas de ceguera en ese continente.

Todo empezó el 3 de abril, cuando en una prepublicación, la científica australiana Kylie Wagstaff comunicó que usando una cantidad de ivermectina muy alta (aproximadamente 50 veces la dosis que se usa comúnmente), la medicina era capaz de impedir que el SARS CoV2 ingrese a un cultivo celular. Dos semanas después, médicos de Bangladesh comunicaron que habían logrado «curar» al 98% de pacientes que recibieron la combinación de ivermectina y el antibiótico doxiciclina.

Es importante aclarar que la administración de esos medicamentos no fue parte de un estudio. Más del 90% de pacientes con Covid-19 se recuperan espontáneamente. Es posible que los pacientes pudieron haberse recuperado sin el uso de esas medicinas.

Posiblemente motivados por el estudio de la Dra. Wagstaff y el reporte de Bangladesh, y en medio de la urgencia de encontrar medicinas efectivas contra el nuevo coronavirus, es que médicos en Perú, Bolivia, República Dominicana y México empezaron a promover el uso de la ivermectina para la prevención y el tratamiento de Covid-19.

En los meses siguientes, el uso no aprobado se extendió a casi todos los países de América Latina. Sin embargo, una reciente revisión de 11 estudios o meta-análisis sobre el medicamento, hecha por investigadores de la Universidad de Liverpool bajo el auspicio de UNITAID, que recibe asesoría de la Organización Mundial de la Salud, concluye que a pesar de tenerse alguna evidencia de que pueda ser efectiva en reducir las muertes por covid-19, los estudios son muy dispares, tienen muchas limitaciones, y no es posible establecer una conclusión definitiva.

 

En resumen, al momento no existe evidencia científica de que la ivermectina tenga alguna efectividad en la prevención y el tratamiento de Covid-19. Su uso puede ser explicado como una expresión de la enorme y bien entendida esperanza de la gente de que funcione, o como lo expresó la ministra de Salud del Perú «mientras no haya nada contundente que nos diga que no sirve, lo seguiremos utilizando tal como se usa en otros países».

 

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