09 de mayo, 2025
Actualidad

En un tiempo en que el mundo filtro y el estar atrapados literalmente en las redes sociales nos acontece, la búsqueda casi quimérica del cuerpo perfecto atraviesa a una sociedad, casi sin distingos entre grandes y jóvenes.
Al respecto, tratamos de evaluar la situación del santiagueño con relación al ideal del cuerpo perfecto y las acciones que realiza en consecuencia.
Por ello, dialogamos con la entrenadora Martha Cartier, fisicoculturista que marcó una brecha incomparable en esta disciplina en Santiago del Estero al ser la primera representante de nuestra provincia en participar en el campeonato Mister Olympia en Estados Unidos, llegando a clasificarse quinta. Eso, entre otros muchos campeonatos y premios de los que participó y en los que recabó gran cantidad de medallas, muy meritorias, por cierto.
Ante la pregunta si el cuerpo perfecto puede alcanzarse, Martha Cartier contestó que el cuerpo perfecto es imposible. “Todo el mundo intenta estar flaco, marcado… pero eso requiere tiempo. Para lograr un cuerpo así hay que estar prácticamente sin comer carbohidratos. Pero los necesitamos. Uno lo hace para una competencia, pero una persona normal necesita de una alimentación completa”, dijo.
Dicho de otro modo, los abdominales son parte del reflejo de Instagram y de todas las redes que muestran un mundo casi irreal.  Ese “mundo-filtro” en el que hombres y mujeres buscan un ideal cuasi utópico.
Y Cartier lo afirma: “Mucho, sino todo lo que se ve en las redes, no es real”. Eso referido a la apología del cuerpo perfecto y las figuras que se ven a menudo en ellas.
Hay falta de concientización respecto del modo de lograr los músculos marcados. “Lleva tiempo y una disciplina de mucho tiempo”, afirma Martha Cartier.
“Uno de los tips es sacar calorías del cuerpo e incorporarle proteínas”, agrega, pero ello requiere una disciplina.
En su gimnasio trabaja con 320 alumnos, de los cuales un porcentaje mínimo se compromete realmente con uno mismo.  De ellos, los alumnos que realmente asumen la responsabilidad que requiere, son un diez por ciento. “Todos quieren, pero es difícil llegar”.
Y aquí hablamos de cómo es el santiagueño en su vida de esparcimiento. Sabemos que el santiagueño es salidor, le gusta la vida social, la nocturnidad y con ella, la comida insalubre y el alcohol, son inevitables.  Y eso es incompatible con el desarrollo muscular, con la mejora corporal que pretenden muchos de los que acuden a un gimnasio, entrando en una suerte de espiral de autoengaño.
“Si uno quiere tomar el entrenamiento en serio, no hay desvelo que valga”, afirma Martha.
En esa dicotomía entre querer y hacer las cosas en consecuencia, es decir, tomar el entrenamiento con seriedad, está la forma festiva y sociable del santiagueño. Dicho de otro modo, un despertar tardío luego de una comilona no se arregla con un día de gimnasia, y mucho menos acerca al objetivo del cuerpo ideal.
“Muchos no quieren salir de la zona de confort”, afirma la entrenadora. “Dicho de otro modo, no salir, no desvelarse, no comer ciertas cosas exige disciplina. En cada uno está la prioridad. Hay gente que tiene muchas cosas que hacer y, sin embargo, no falta al entrenamiento. Eso es compromiso”, explica.
El entrenamiento también es cien por ciento cabeza puesta en el trabajo físico. Mucha gente se queda embelesado en la pantalla de su celular, quitándole así tiempo a su entrenamiento.
“Una persona que realmente entrena, no toca el teléfono. La hora, hora y media que está entrenando no toca el celular. Es mente-músculo. La distracción trae consecuencias. Lesiones, ejercicio mal ejecutado. Hay mucho de eso. No hay conexión mente-músculo”, señala.
En definitiva, en Santiago del Estero a pesar lo dicho, hay más conciencia. El gimnasio ha pasado a ser una especie de psicólogo, un lugar de sociabilización, de salud y esparcimiento. Tal vez después de la pandemia, hay un poco más de relación con la salud y con la importancia del cuidado personal.
De todos modos, seguiremos siendo santiagueños, festivos, afectos a las salidas y trasnoches, ¿y la quimera del cuerpo perfecto?
Siempre habrá un buen filtro en el celular.
Mientras tanto no está de más recordar: “Mens sana y corpore sano”.

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