Con casos reales en la provincia, y sin una regulación que acompañe, la consulta al psicólogo es la principal herramienta que encuentran familias de niños y adolescentes apostadores. La profesional santiagueña advierte sobre la creciente problemática.
"La virtualidad facilita el acceso al juego" dice la licenciada en Psicología, especialista en Salud Mental, clínica y comunitaria, Victoria Ojeda (MP 524). Con mucho trabajo de campo y en consultorio, la también docente universitaria en la carrera Licenciatura en Psicología, de la Universidad Católica de Santiago del Estero, y responsable de salud mental en adolescencia en el Ministerio de Salud de la provincia; manifiesta que a nivel local "se atienden muchos casos de adolescentes con estos problemas de control de los impulsos, principalmente en juegos de apuestas o casinos online"
Un panorama para nada alejado de lo que sucede a nivel nacional, en donde medios televisivos (específicamente el noticiero “Telenoche”) pusieron el foco con entrevistas que mostraban la cruda realidad que viven menores de edad con ludopatía. Aunque desde la pospandemia, los juegos y apuestas en línea están bajo la lupa por su exponencial crecimiento, el objetivo y tratamiento de estudio, actualmente, son los niños y adolescentes. En diálogo con LA COLUMNA, la especialista hizo un recorrido de los principales puntos a prestar atención para realizar prevención para con los niños. Sin una regulación específica que acompañe a la ituación -antes, durante y después-, la Psicología se torna la principal herramienta por parte de las familias y otros actores sociales como los docentes, para trabajar con aquellos niños y adolescentes inmersos en el mundo de los juegos y apuestas virtuales.
-¿A qué se define como ludopatía infantil?
-La ludopatía es un trastorno del control de los impulsos. Una compulsión a repetir que afecta las distintas esferas de su vida: personal, social, laboral.
-¿Qué tipos de ludopatía existen?
-Existen jugadores sociales que pueden jugar para divertirse, de forma muy esporádica y de acuerdo a la situación, pero pueden dejar de jugar cuando lo deseen. Luego encontramos jugadores que van apostando de manera creciente, en cuanto a cantidad de dinero y frecuencia. Destinan de manera habitual parte de su presupuesto para apuestas.
-¿Cómo funciona la mente de un ludópata?
-El jugador patológico es el que no logra controlar su impulso de jugar. Hay una dependencia. Poniendo en riesgo su patrimonio, los vínculos con su familia, su trabajo, etc. No importa la recompensa, sino la adrenalina del riesgo que viven. En este caso, su cerebro tiene una sobreestimulación de dopamina. Pero, además, tiene falta de sueño, falta de intereses en hobbies y vida social, bajo rendimiento escolar, irritabilidad, ansiedad y estrés porque quieren seguir jugando. Buscan excusas para estar frente a la pantalla. También tienen problemas de visión y baja tolerancia a la frustración, no pueden esperar, no pueden posponer la satisfacción.
-¿Cómo saber si un menor es ludópata?
- Los niños son más vulnerables porque están en pleno desarrollo de su psiquismo. Un problema de juego patológico descubierto a tiempo genera un mejor pronóstico para el futuro de su salud mental. Los niños aún no tienen herramientas para posponer su placer y este modo de jugar trae consecuencias en la vida y la constitución psíquica de ese niño o niña. Aun no aprendieron a autorregularse, todavía carecen de algunas herramientas en su psiquismo, no dimensionan las consecuencias de sus actos.
-¿Jugar de manera virtual tiene las mismas consecuencias que el juego presencial?
La virtualidad facilita el acceso al juego, por eso justamente se ven más afectados los niños y adolescentes. En el pasado era un poco más difícil que un niño presente comportamiento adictivo en el juego, ya que el ingreso de menores está prohibido en los casinos presenciales. La virtualidad facilita, promueve, está ahí, al alcance de la mano. Solamente necesitan su celular y Wi-Fi.
-¿Cómo se pueden prevenir las consecuencias que trae aparejado el juego en línea, con apuestas en los distintos contextos en los que se maneja el niño?
-En el caso de los juegos virtuales no solo debemos prestar atención al control parental sobre el contenido que consumen los niños y adolescentes en Internet, también debemos tener en cuenta lo siguiente:
Siempre se recomienda consultar con un profesional de la salud mental.
-En la provincia, ¿qué tal alto es el porcentaje de atención a esta problemática?
-En nuestra provincia se atienden muchos casos de adolescentes con estos problemas de control de los impulsos, principalmente en juegos de apuestas o casinos online. Según lo referido por los pacientes, se comunican por redes sociales con personas que cargan fichas. Y una vez que realizan el pago, reciben las fichas y pueden jugar. No hay entidad que controle si se trata de menores de edad.
El comportamiento adictivo frente al juego es algo que hace varios años lo venimos observando en niños y adolescentes. Antes eran las consolas de videojuegos, la famosa play, y los juegos en línea. Creo que lo que hizo que ahora aumente la visibilidad de esta problemática es el hecho de que haya dinero de por medio. Eso moviliza a la familia y hace que recién problematicen el comportamiento adictivo de su hijo.
-¿Existe legislación respecto de juegos y apuestas online en las que se puedan apoyar para los tratamientos?
-Lamentablemente no hay una regulación de esos espacios. Los cambios en nuestra sociedad ocurren a gran velocidad. Se van presentando nuevos fenómenos como estos casinos online, antes de que aparezcan las normas que los regulen.
-Cuando llega un paciente menor con estas características de ludopatía al consultorio, ¿cómo es el tratamiento que recibe?
-En cuanto a los tratamientos es importante recibir ayuda profesional para un buen diagnóstico. Hay muchas cuestiones psicológicas en relación a los vínculos familiares, soledad, baja autoestima, situaciones que no fueron simbolizadas ni tramitadas correctamente o bien puede haber otros trastornos de salud mental subyacentes, que generen el comportamiento impulsivo, como otros trastornos de la personalidad, bipolaridad en los estados maníacos o hipomaniacos, etc. En algunos casos es necesaria la medicación para lograr un tratamiento integral y rehabilitar a los pacientes que tienen este padecimiento.