08 de noviembre, 2024
Pienso, luego existo

Celebramos el sexagésimo aniversario de Mafalda, la emblemática historieta creada por el maestro argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino. Desde su aparición en 1964, Mafalda ha dejado una huella indeleble en la cultura popular, convirtiéndose en un símbolo de la crítica social y política en América Latina y más allá. Según su creador, Mafalda es una niña de 6 años que refleja el espíritu de la juventud argentina, a través de esta figura que está preocupada por la sociedad y la paz no solo en Argentina, sino en el mundo. Con su característico peinado y su inconfundible amor por la paz y la justicia, se convirtió en la voz de una generación. A través de su mirada crítica y su curiosidad innata, Mafalda cuestiona el mundo que la rodea, desde la política hasta las costumbres sociales, todo ello con un humor mordaz y una perspicacia inigualable. En concreto, la historieta no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión.

A lo largo de las décadas, Mafalda nos acostumbró a abordar temas como la desigualdad social, los derechos humanos, la educación y la paz. A pesar de su corta edad, Mafalda mostró su carácter inquisitivo y su capacidad para interrogarnos como sociedad, para interpelarnos con profundas indagaciones. Todavía hoy, Mafalda tiene absoluta y entidad y sus posiciones filosóficas siguen siendo relevantes, recordándonos la importancia de cuestionar y analizar la realidad.

Esa niñita de la bohemia Buenos Aires se convirtió en ciudadana del mundo, trascendió fronteras, transformándose en un símbolo de la lucha por la justicia y la igualdad. Mafalda es Quino y Quino es Mafalda, su creador con su innata habilidad para combinar humor y crítica social ha inspirado a generaciones de caricaturistas y artistas. Y lo que resulta fundamental, a través de su trabajo se presenta como un recordatorio de que el arte puede ser una poderosa herramienta para la reflexión y el cambio. A sesenta años de su nacimiento, la pequeña Mafalda sigue siendo eso mismo, una niña inquieta y sagaz, ya no es solo una historieta; es un fenómeno cultural que ha tocado el corazón de millones.

En un mundo atribulado con desigualdades, con conflictos, con divisiones, con problemas, en un contexto donde la risa y la reflexión son más necesarias que nunca, Mafalda sigue siendo una voz potente y relevante. Y lo trascendente es que el legado de Quino continúa vivo, recordándonos a través de esa cara ingenua, pero de verba ingeniosa, que, a pesar de las adversidades, la curiosidad y la crítica son esenciales para construir un mundo mejor. Celebramos a Mafalda, la pequeña gran filósofa que nos invita a cuestionar, a reír y a nunca dejar de luchar por un futuro más justo. 

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