22 de octubre, 2024
Mujer

¿Ha sentido pánico cuando el amor de pareja llega nuevamente a tu vida? ¿Por qué se siente temor cuando la sonrisa del amor está instalada en tu cara? En realidad, después de una ruptura o un desengaño amoroso es difícil volver a enamorarse, los factores son, en general, de índole psicológico, ya que el amor hace a las personas sentirse vulnerables. 

La psicóloga Lisa Firestone  asegura que “lo que sucede es que nos da miedo vivir realmente el amor. A veces somos más conscientes de este miedo, otras, no tanto”. En ese sentido, asegura que “todos” albergamos defensas que creemos que nos protegerán de ser lastimados y que éstas se puede manifestar a través de los miedos, tanto al inicio como en etapas posteriores de la relación. 

“Hay que tener cuidado porque estas defensas y miedos pueden ofrecer una falsa ilusión de seguridad, y lo más dañino es que también son las mismas que nos impiden alcanzar la cercanía que deseamos tener con el otro amado”, explica. 
Este miedo aparece con mayor realce cuando la persona tiene una sensación de fracaso, inseguridad y con una autoestima debilitada, ligada a una relación anterior. 
Existe un recuerdo de dolor o frustración que puede producir una especie de desconfianza acerca de uno mismo. Pero también puede ocurrir que la nueva experiencia sea vivida desde el escepticismo y sobre la posibilidad real, de que el sentimiento de amor exista y que tenga sentido.

De todas maneras, no hay que olvidarse que las relaciones amorosas representan una avalancha de desafíos. Y, por lo tanto, la recomendación de las especialistas es aprender a reconocer nuestros miedos, descubrir de dónde nacen y qué hacer para tratarlos, y lograr tener una relación satisfactoria a largo plazo. 
 

VOLVER A ENAMORARSE

Para entender el miedo que causa el amor, la psicóloga Ana Garrido Cruz entrega una lista con las principales razones y creencias que ocasionan pánico y ganas de salir corriendo del amor. 

 

  • El verdadero amor nos hace sentir vulnerable: 

Amar de verdad implica estar constantemente frente a otro, el cual nos reflejará tal como somos, y estaremos expuestos y sin máscaras. Esto da miedo, pero al aceptarlo disminuye su intensidad.
 

  • Un nuevo amor resucita las heridas del pasado: 

Puede ser que pase en algunos casos. No obstante, también hay que darse la oportunidad de vivir el amor de una manera distinta y hasta reparadora de esos dolores. Todo depende del grado de evolución que se tenga y el cómo se hayan elaborado las experiencias pasadas. 
 

  • El amor desafía una antigua identidad: 

Si sientes esto es porque tu actual “identidad” es frágil, y en tal caso, el nuevo amor lo estás tomando como un “desafío” relacionado con tus carencias, más que con lo que te sucede realmente con la actual pareja. Es decir, es un miedo personal. 
 

  • Con la verdadera alegría viene el dolor real:

Esta razón se da cuando existe una tendencia a polarizar las experiencias, lo cual no ayuda para nada. Para salir de esta creencia, debes aprender a equilibrar y armonizar la coexistencia de las experiencias y sentimientos positivos y negativos a la vez. 
 

  • El amor es a menudo desigual: 

Para traspasar este temor, hay que entender que el “ritmo” en que evolucionan los afectos es algo muy personal y subjetivo. Pero no impide que dos personas en una relación puedan tender a trabajar en la búsqueda de la vivencia de estar “igualados”. Ahora, es poco aconsejable andar midiendo y comparando porque eso causa inseguridad en ambos lados. 
 

  • Las relaciones pueden romper la conexión familiar:

Una relación afectiva y un enamoramiento intenso pueden incitar un cambio importante en la forma de vida, creencias, hábitos, etc. Y tal vez, este cambio sea poco compatible con el estilo y el aprendizaje que se trae desde el ambiente familiar. Es una disyuntiva que se tiene que resolver para que no se convierta en un miedo paralizante.
 

  • El amor suscita temores existenciales:

Cuando el amor es genuino, honesto y verdadero te hace enfrentar abiertamente el dilema de la existencia y te preguntarás: quién soy, qué puedo dar en la vida, qué quiero, qué merezco recibir, etc. Es decir, cuál es el sentido de tu vida y qué significa para ti estar con esa pareja. Pero no hay por qué temerle a esas preguntas; un verdadero enamoramiento implicará un crecimiento “obligado” como persona, y el afrontar este tipo de temores, te hará tener una existencia plena y diferente.

 

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