08 de noviembre, 2024
Opinión

Lo de Javier Milei no tiene precedente en este nuevo conflicto con el gobierno español. Por supuesto que va más allá de lo ideológico, su comportamiento irresponsable, de adolescente político necesita imperiosamente un límite. Es muy difícil hacer un análisis político en Javier Milei, porque carece de ello -no hay política en el mandatario argentino- lo que si seguro se puede hacer es un análisis de las consecuencias políticas que pueden perjudicar a la argentina, salvo que él crea que es el modo de seducir a los capitales extranjeros.

Hace unos días atrás se había reunidos con empresarios argentinos en donde algunos aplausos hacían su “show” le fue suficiente para derrapar en España; de hacho el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, Antonio Garamendi, repudió los ataques de Milei al gobierno español, y como si fuera poco le recordó las grandes inversiones de compañías ibérica en la Argentina. Evidentemente no la ve.

Todavía no logró consolidar absolutamente nada político en estos más de cinco meses de gestión y ¿fantasea con ser un icono a nivel mundial? No puede liderar ni lograr enfilar a sus socios gobernadores por la Ley Bases, y su cadena nacional de hace unos meses atrás sobre el pacto del 25 de mayo no es más que confirmar otro espectáculo, por lo que habrá que buscar otra fecha patria ¿o acaso será el 4 de julio? No se puede vivir de Show en Show donde cada vez más el pan falta en las mesas de los argentinos.

Hay que pasar urgente de lo político a la política. En lo político entramos todos, es el lugar del conflicto por el conflicto, no hay propuestas o programas, lo irracional es lo que prima, en cambio en la política está la prudencia, las ideas, los programas, la legitimidad y la fuerza política. En noviembre del año pasado terminó su campaña presidencial, no asumió como presidente, se embarcó en una fantasía campaña geo política global que al día de hoy no tiene redito alguno…   

La vulgaridad política con la que se maneja lo llevó a tener serios problemas con el Papa Francisco, su fantasía de ver comunismo a enfrentarse con el presidente de Colombia y Chile, y la lista sigue. El nuevo conflicto que desencadenó con el gobierno español no es más que producto de su imprudencia, hoy será con el gobierno español y mañana será con otro gobierno. La conciliación de la ética con la política se logra mediante la llamada prudencia política. La virtud de la prudencia que Platón asignaba a los gobernantes, se trataba de una virtud eminentemente práctica, a lo que Santo Tomás denominaba arquitectónica o gubernativa, esto solo se entiende dentro de los marcos racionales, fuera de ello no hay política.    

Milei se jacta constantemente de “que no la ven”, pero pareciera ser que la miopía política nacional e internacional la tiene el actual presidente, miopía que lo lleva a mirar descontextualizada la historia, y lógicamente a vivir su propia ilusión. Por ejemplo, recientemente el fiscal de la Corte Penal Internacional ha pedido que se dicten órdenes de detención contra el líder de Israel, Benjamín Netantyahu y a su ministro de defensa por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad relacionados con la guerra de Gaza, banderas que levanta Milei y al que es capaz de crear un comité de emergencia por ese conflicto y ni siquiera preocuparse por lo que está pasando en la provincia de Misiones con policías acuartelados, docentes, enfermeros y yerbateros cortando las rutas, realidad que puede acontecer en otras ciudades por el feroz ajuste de coparticipación  a las provincias:  mucho circo y poco pan. Como dijo el analista político argentino Jorge Asís “como fenómeno una maravilla, como presidente un desastre”. 

 

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