Descubrió su amor por la pastelería casi por accidente, mientras estudiaba cocina. Lo que empezó como una afición se transformó, entre dudas y mucho aprendizaje, en un emprendimiento sólido. Hoy combina creatividad, tendencias y organización milimétrica para dar vida a tortas que llevan su firma.
En su cocina, entre bowls, aromas dulces y un calendario marcado día por día, Adriana Mariela Acuña encontró un rumbo que al principio ni sospechaba. Lo que comenzó como una materia más durante su formación en la Escuela de Cocina IGA se transformó, casi sin darse cuenta, en un espacio de descubrimiento personal.
La pastelería apareció como un desafío técnico, pero también como una oportunidad de crear y volcar su amor en cada producto. Con el tiempo, y gracias al aliento de amigos y familiares, aquella curiosidad inicial tomó forma de emprendimiento: un proyecto que nació desde la duda y el miedo, pero que se sostuvo en la constancia, la práctica y sobre todo en una búsqueda estética y gustativa muy personal.
Hoy, esa afición que empezó en 2008 es un emprendimiento visible, activo y en crecimiento, impulsado por su dedicación y una idea clara: cada torta tiene que contar algo. En sus diseños conviven las tendencias del momento acompañados con un toque propio que se observa en cada borde liso, cada combinación de sabores equilibrados, cada boquilla que le da vida a un detalle. Su trabajo siempre es acorde a los pedidos de los clientes, pero siempre guarda un espacio para la creación, ese instante en el que ella vuelve a experimentar.
A pesar de tener otro trabajo, organiza su semana con precisión: las masas un día, el horneado al siguiente, después los rellenos, luego el armado y, finalmente, la decoración, ese momento en que todo lo anterior cobra sentido. Mira hacia atrás y se reconoce: su primera torta le habla de un inicio tímido, mientras que las de ahora muestran un camino recorrido con dedicación. También recuerda errores que se volvieron aprendizaje, como aceptar pedidos sin la práctica suficiente, una lección tan humana como necesaria en el mundo del emprendimiento.

Con Pastelería Ama construyó algo más que un oficio: construyó una identidad. Y cada vez que entrega una torta, cada vez que un pedido nuevo aparece, confirma que aquel impulso que la llevó a abrir su página no fue un salto al vacío, sino el inicio de una historia que sigue creciendo.
- ¿Cómo descubriste que la pastelería era tu lugar?
-Bueno, creo que medio sin darme cuenta. Estaba estudiando cocina en IGA y, a la hora de tener una materia que se llamaba pastelería, ahí he descubierto que me gustaba. Desde ahí, con la aprobación de los profesores, como que me he afianzado más esa área.
- ¿Qué es Ama Pastelería?
--Ama Pastelería, que es el nombre de mi emprendimiento y que son las iniciales de mi nombre. Y que ese nombre justamente representa lo que a mí me genera a la hora de realizar una torta, de elaborar un postre. Porque realmente amo lo que hago. Por el momento funciona dentro de la cocina de mi casa, pero el objetivo que tengo hacia el futuro es tener mi propio espacio, mi propio taller.
- ¿Cómo empezaste a ofrecer tus productos?
-He empezado haciendo tortas, postres para la familia y después para amigos también, y uno que otro conocido.
- ¿Qué hace especial a tu emprendimiento?
-Considero que cada emprendimiento tiene su impronta. Yo trato de que el mío se diferencie en relación con los sabores, porque pongo mucho énfasis en eso, utilizando productos de primera calidad, combinando los sabores equilibradamente. Pero también sin descuidar la parte estética, porque me gusta que las tortas, por ejemplo, se vean prolijas y lindas.
- ¿Qué técnicas de decoración usas con más frecuencia?
-Una técnica de decoración de tortas que uso mucho es la que realizo con un espatulado liso o con texturas y la utilización de distintas boquillas para decorar. Por ejemplo, las tortas coquette llevan mucho uso de boquillas. Son unas tortas que están muy en tendencia, al igual que las tortas con glitter. Son unas tortas muy femeninas, muy románticas. Y, como son tendencias, salen mucho. Pero también me baso en los pedidos o en los modelos de tortas que me solicitan los clientes. Aunque siempre le estoy poniendo un poco de mi impronta, me gusta crear. Y, si el cliente me lo permite, si me da la libertad de hacerlo, lo hago.
- ¿Cómo fue el proceso de animarte a emprender?
-Y bueno, así he estado durante mucho tiempo, porque la verdad tenía muchas dudas, miedos. Porque cuando uno va a emprender algo nuevo, le genera todos estos sentimientos de pensar cómo me va a ir, si me va a ir bien, si me va a ir mal. Bueno, hasta que me he decidido, con el apoyo de mi familia que me incentivaban y me motivaban, y me decían: “Hacé la página, dale, lárgate, que vos hacés cosas ricas”. Así que me he decidido y he lanzado mi página un 11 de enero del año pasado.
- ¿Cómo organizas tu semana cuando hay muchos pedidos?
-Cuando tengo muchos pedidos y como tengo otro trabajo, me voy organizando día a día. Un día elaboro todas las masas, otro día las horneo, otro día hago los rellenos, el cuarto día armo las tortas y el quinto día hago todo lo relacionado con la decoración.
- ¿Hay algún trabajo que te haya marcado especialmente?
-Una torta que recuerdo que me ha costado mucho hacerla era una torta de 15 ganacheada, pero no porque no tenía el conocimiento, sino porque no tenía mucha práctica en la utilización de esa técnica. Ese ha sido un error del que he aprendido a la hora de aceptar pedidos. Comprendí que no hay que aceptar pedidos si no los has hecho o no los has practicado con anterioridad.
- ¿Qué consejo le darías a aquellos que quieren emprender?
-Un consejo que les daría a aquellas personas que quieren emprender, ya sea en este rubro o en cualquier otro, es que se animen, que venzan sus miedos y sus dudas que siempre están, pero que no dejen que sus sentimientos frustren sus sueños, sus proyectos. Que los venzan y que se animen. Y que siempre se estén capacitando para poder brindar lo mejor de uno mismo, personal y profesionalmente.
- ¿Qué sientes al mirar tu avance desde la primera torta hasta ahora?
-Me siento muy orgullosa, sobre todo del progreso. Comparando, por ahí, lo que ha sido mi primera torta y de lo que son ahora, que verdaderamente hay mucha diferencia. Muy orgullosa de haber podido convertir esto que ha empezado como un hobby en un emprendimiento. Y que pueda seguir por mucho tiempo más. Gracias.