21 de diciembre, 2024
Mujer

Hay momentos en la vida que nos hacen replantear quiénes somos y hacia dónde vamos. Ya sea por una ruptura, la pérdida de un ser querido, un despido inesperado o cualquier otra experiencia que nos haya marcado y nos haga sentir que es momento de una iniciar una nueva etapa. Cuando esto sucede, muchas veces optamos por buscar un cambio radical. Y, curiosamente, este cambio por lo general empieza por lo que vemos en el espejo.

Después de una etapa dura, es común sentir la necesidad de hacernos un corte en el cabello, teñirlo de un color completamente diferente, o incluso reinventar nuestro estilo por completo. Pero, ¿por qué esta reacción tan drástica? ¿Qué hay detrás de esta urgencia de cambiar nuestro exterior cuando lo que realmente ha cambiado es nuestro interior?

La psicología detrás de un cambio de imagen

ook puede mejorar nuestro bienestar emocional. Rafel San Román, psicólogo en ifeel, una plataforma de bienestar emocional y apoyo psicológico, afirma que los cambios de imagen pueden estar directamente relacionados con los cambios de ánimo: “Lo hacemos para modificar nuestro estado emocional y romper con un cambio de imagen radical. Nos puede servir como empujón para nuestro afrontar un nuevo reto”. -dijo en un artículo de La Vanguardia.

Sin duda, un cambio radical en nuestra apariencia puede servir como un símbolo de un nuevo comienzo. Estos cambios, que son claramente perceptibles por los demás, refuerzan la idea del “nuevo yo” que queremos aparentar y reflejar. Lo que se traduce en que este cambio visible puede ayudarnos a cerrar un capítulo y comenzar uno nuevo con una perspectiva fresca.

 

Cuestión de autoestima y percepción

Hay un aspecto emocional profundo en esto. Según psicológos, el cambio de apariencia puede tener un impacto positivo en nuestra autoestima y nuestra percepción que tenemos de nosotros mismos. Al vernos diferentes en el espejo, podemos sentirnos renovados y más alineados con nuestra “nueva identidad”.Este fenómeno, conocido como “cognición encarnada”, sugiere que nuestra apariencia externa puede influir en nuestras emociones y pensamientos internos.

Al alterar drásticamente nuestra apariencia, estamos enviando una señal fuerte a nuestro cerebro de que algo ha cambiado y que es momento de adaptarse a esta nueva realidad. Es una forma de acelerar el proceso de aceptación y adaptación a nuestra nueva circunstancia.

Dicho todo esto, un cambio de look puede ser una declaración al mundo de que estamos listas para lo nuevo, para lo desconocido y para lo que venga. Así que la próxima vez que la vida te dé un giro inesperado, considera ese corte de pelo o ese color de cabello atrevido. Al final del día, no solo se trata de cómo nos vemos, sino de cómo nos sentimos con nosotras mismas. ¿Y quién sabe? Tal vez ese cambio radical podría ser justo lo que necesitabas para comenzar tu nuevo yo.

 

Fuente: Revista Pandora

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