01 de noviembre, 2024
Nota de Portada

En septiembre de 2021, una mujer fue asesinada de modo brutal, supuestamente por su propio nieto. Aunque los fiscales pidieron una condena de prisión perpetua, la justicia lo absolvió por el beneficio de la duda. Entonces, quién fue el autor del crimen.

El 19 de septiembre de 2021, un hermoso domingo previo al inicio de la primavera, ideal para disfrutar en familia, Gonzalo Sosa se levantó temprano y fue a visitar a su abuela Albina Salvatierra. Habían pasado algunos minutos de las 8 cuando llegó hasta las puertas de su casa, ubicada en Villa Balnearia, en la ciudad de Termas de Río Hondo.

Conocedor de los hábitos de su abuela, le llamó la atención que las puertas estuvieran cerradas, pues ella acostumbraba a levantarse apenas despuntaba el alba y abría todo. Golpeó las manos, le gritó, pero la mujer no aparecía. Pensando que podría estar enferma, no dudó en saltar la reja perimetral e ingresar al domicilio. Sin dejar de llamarla, corrió hacia su dormitorio.

De pronto, detuvo sus pasos. La habitación estaba desordenada. Su abuela estaba tirada en la cama, con el rostro desfigurado, en un gran charco de sangre. Además, tenía la ropa interior baja.

Aunque nunca podrá olvidar esa imagen, recuerda que se acercó a ella y comprobó que estaba muerta.

Como pudo, llamó a su familia. En su desesperación, gritó y alertó a los vecinos, quienes llegaron rápidamente y se comunicaron con la policía, que llegó rápidamente al lugar.

La representante del Ministerio Público Fiscal de Río Hondo y Jiménez, Dra. Tania Monte Bitar llevó adelante la inspección ocular. Mientras que efectivos de la División Homicidios Capital, Brigada de Investigaciones y de la Departamental Nº 6, se encargaron de preservar la escena del crimen. Ellos llevaron adelante las investigaciones para determinar qué había sucedido con la mujer.

 

ATACADA POR EL NIETO

Luego de diversas entrevistas, la investigación comenzó a tomar forma. Contra todos los pronósticos, el principal sospechoso fue su uno de sus nietos, no el que la encontró sin vida sino otro, un joven llamado Juan Ramón Sosa, de 25 años en ese momento.

Las pericias pudieron determinar que Sosa tenía sus manos lastimadas, aparentemente a consecuencias de los golpes de puño que le infligió a su abuela, de 69 años. Según se supo, el joven le habría comunicado a su propia madre la muerte de la mujer antes que encontraran su cuerpo.

Además, los investigadores corroboraron con los vecinos que el nieto andaba rondando la casa de la víctima en forma bastante sospechosa.

Por otro lado, se determinó que el día antes del crimen, la víctima había cobrado su jubilación, sin embargo, ese dinero nunca apareció. Por lo que se presumía que Sosa se lo habría robado para comprar sustancias prohibidas, de las que sería adicto.

Si bien en un principio se pensó que la sexagenaria había sido víctima de abuso sexual, ya que estaba con sus prendas interiores bajadas, la autopsia determinó que no presentaba signos de un ataque sexual, y que la muerte se habría producido a raíz de la fuerte golpiza que le produjo un infarto masivo.

 

HOMICIDIO CALIFICADO

Con múltiples pruebas en su contra, la fiscal Monte Bitar imputó a Sosa por el delito de “Homicidio calificado por el vínculo”. Luego de ello, se dictó su prisión preventiva.

Sin embargo, su abogada defensora, María José Ceres, pidió a la justicia que le concedieran la falta de mérito y excarcelación.

Para ella, no existirían evidencias concretas que situaran al nieto en el lugar del crimen. Además, consideraron que tampoco habría peligros procesales para que continuara detenido.

Por su parte, la fiscal Analía Nóblega Rayó se opuso a tal pedido de la defensa. Su negativa se fundamentó en la existencia de peligros procesales. Además, señaló que Sosa fue ubicado en la escena del crimen, ya que fue visto merodeando la casa de su abuela durante la madrugada.

Por otro lado, enfatizó que fue el primero en comunicar la muerte, incluso antes que el homicidio fuera descubierto. Asimismo, fue él quien sembró la versión del abuso.

En el mismo sentido, presentó pruebas médicas sobre sus lesiones en la mano, aparentemente producidas por la golpiza que le diera a su abuela.

 

ARRESTO DOMICILIARIO

Pese a las pruebas expuestas por la fiscal, a fines de octubre de 2022, el juez de Control y Garantías, Silvio Sálice decidió otorgar a Sosa el beneficio del arresto domiciliario, sujeto a la implementación de una tobillera electrónica. Sin embargo, rechazó el pedido de sus defensoras en cuanto a la falta de mérito.

Ante lo cual, la fiscal apeló el fallo, pues no comparte el criterio del magistrado. A su entender, no había razones para concederle el arresto domiciliario, ya que no se encuadraría en ninguno de los supuestos que ameritan el beneficio procesal.

En cambio, existiría suficiente evidencia que lo comprometería como supuesto autor del crimen.

Por otro lado, llamó poderosamente la atención el otorgamiento de este beneficio, pues ni siquiera habría sido peticionado por la defensa del nieto imputado en el homicidio de su abuela.

Desde distintos sectores ligados a la justicia toman este fallo como un peligroso antecedente, que puede ser utilizado para sentar precedente, pues serían numerosos los acusados de delitos graves -como homicidio- quienes podrían argüir que son merecedores del beneficio de la tobillera electrónica, teniendo en cuenta este fallo peligroso.

Desde la órbita de trabajo del magistrado cuestionado no respondieron a los cuestionamientos, mientras que desde el Ministerio Público Fiscal salieron con los tapones en punta para hacer fenecer la resolución del juez.

Por su parte, la familia de Albina Salvatierra tampoco sale de su asombro. Por un lado, no entienden por qué el juez le concedió el arresto domiciliario a su nieto, quien sería el autor de su crimen. Por el otro, si el joven no fue el responsable de su muerte, quién mató a la abuelita.

 

ATAQUE A SU MADRE

Sin embargo, tres meses después de que el juez Silvio Sálice le concediera el beneficio de arresto domiciliario, en la causa en la que está imputado como el presunto homicida de su abuela Albina Salvatierra, Sosa habría protagonizado otro hecho delictivo.

Según lo informaron desde la Comisaría 57, durante la madrugada del 30 de enero de 2023, una persona se presentó en la dependencia policial para informar que Juan Ramón Sosa había atacado a su madre, en el barrio Villa Balnearia, de Termas de Río Hondo.

Al parecer, el denunciante, junto a la mujer y su hijo estaban compartiendo una reunión de amigos, donde no faltaron bebidas alcohólicas. En determinado momento, el joven comenzó a agredir a su madre y echó a todos de la vivienda, impidiendo incluso que los visitantes pudieran llevarse sus motovehículos.

Mientras los efectivos se dirigían al lugar, recibieron un llamado que los alertaba sobre la misma situación. Sin embargo, a pesar de la evidente golpiza recibida, la madre de Sosa negó todos los hechos, negándose a acusar a su hijo.

A la vez, se supo que la agresión a la mujer se había detenido cuando intervino otro de sus hijos, hermano de Sosa, quien salió en defensa de su madre, y también recibió una golpiza.

No obstante, el joven que debía permanecer en su casa para cumplir con el arresto domiciliario, no estaba en su casa.

La policía lo ubicó en la zona del puente termal, a bordo de una bicicleta. Al parecer, se dirigía hacia la casa de su padre, quien vive en otro domicilio.

 

DECISIÓN REVOCADA

Ante ello, el fiscal de turno, Dr. Rafael Zanni no solo ordenó su aprehensión, sino que también solicitó que se le revoque el beneficio del arresto domiciliario, pues había incumplido con los recaudos legales.

Finalmente, el viernes 10 de febrero de 2023, la fiscal, Analía Nóblega Rayó, solicitó en audiencia que se le revoque el beneficio otorgado en octubre, y el juez de Control y Garantías, Dr. Silvio Sálice, el mismo magistrado que tres meses antes le había concedido el arresto domiciliario, hizo lugar al pedido.

En aquél momento, desde el Ministerio Público Fiscal se informaron que la causa aún se encontraba en etapa de instrucción, pero que estaba próxima a su elevación a juicio.

Ante la contundencia de los hechos, tanto el crimen de su abuela Albina Salvatierra, como el ataque a su madre y al hermano que salió en su defensa, Juan Ramón Sosa volvió a ser detenido.

Un par de meses después, en agosto del año pasado, la defensa del nieto acusado de matar a golpes a su abuela, requirió que se le conceda el cese de prisión, pedido al cual se opuso el Ministerio Público Fiscal, por los riesgos de fuga. Para la abogada del joven, éste no se fugó del sitio donde cumplía la domiciliaria, sino que en realidad había salido de allí para evitar problemas mayores, aseverando que al ser detenido se dirigía hacia la casa del padre. Sin embargo, Sosa continuó en prisión.

 

EL JUICIO

El lunes 14 de octubre, Juan Ramón Sosa comenzó a ser juzgado por el tribunal que integran los Dres. Daniela Campos Nittinger, Raúl Santucho (h) y Luis Ariel Domínguez, quien estaba imputado por “homicidio calificado por el vínculo”, delito por el que podría recibir la pena de prisión perpetua.

La acusación estuvo a cargo de la Dra. Carla León Fernández, integrante de la Unidad Fiscal para la Circunscripción Río Hondo, mientras que la defensa continuaba a cargo de la Dra. María José Ceres.

En el debate oral se recibieron numerosos testimonios, tanto de los investigadores del crimen como también de vecinos y familiares de Albina. En todo momento la fiscal hizo hincapié en que el acusado era el responsable del crimen. Sin embargo, para la defensa, no existía evidencia que colocara a Sosa en el lugar del hecho. Es más, consideró que nunca se acreditó que su defendido estuviera en el lugar donde asesinaron a su abuela. Por lo cual, requirió su absolución.

De modo tal que, a la hora de los alegatos, la fiscal León señaló que, durante las audiencias, con todas las pruebas reunidas no quedaban lugar a dudas con respecto a que el imputado era el autor del homicidio calificado por el vínculo, que tuvo como víctima a su abuela. Por lo tanto, requirió al tribunal la máxima condena: prisión perpetua.

 

LA SENTENCIA

Luego de diferimiento del veredicto, finalmente el pasado lunes 28 de octubre, el tribunal integrando por los Dres. Daniela Campos Nittiger, Raúl Santucho (h) y Luis Ariel Domínguez hizo conocer su decisión. Antes, le concedió al imputado la posibilidad de decir las últimas palabras, quien aseveró su inocencia e hizo hincapié en que nunca hubiese matado a su abuela. 

La lectura del fallo provocó un profundo impacto en una de las partes, más precisamente en el Ministerio Público Fiscal. Es que la terna de jueces decidió, en forma unánime, absolver a Juan Ramón Sosa por el “beneficio de la duda”.

Sin embargo, lo condenó a un año de prisión en suspenso por "desobediencia judicial", pues había violado la prisión domiciliaria que le concediera oportunamente el juez Silvio Sálice. Pero quedó en libertad de inmediato, pues se computó a su favor el tiempo que permaneció detenido.

El veredicto cayó como un balde de agua fría en la Fiscalía, que no esperaba la absolución sino una sentencia condenatoria. De esta manera, la decisión judicial vuelve la causa a foja cero y hay que reiniciar la investigación para determinar quién o quiénes acabaron con la vida de Albina Salvatierra. Por ahora, el crimen quedó impune. No hay responsables a la vista. Sin dudas, el tiempo perdido, más de tres años, es más que valioso. Es tiempo de buscar nuevas pruebas que puedan determinar a los autores del aberrante homicidio que terminó con la vida de una abuela de 69 años.

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