22 de octubre, 2024
Entrevistas

El Padre “Monchi” fue uno de los impulsores de Mama Antula desde su beatificación, presente también en la ceremonia de traspaso de la Sede Primada, hizo referencia a la importancia del hecho para la iglesia y la provincia.

El Padre Ramón “Monchi” Tenti desde el año 2016 que se encargó de dar a conocer el Nombre de María Antonia de Paz y Figueroa. A esa mujer, la difundió en los medios locales y nacionales, en las misas, en diversas actividades y hasta en un libro, al que título “Antula”. Con la canonización durante este 2024, la figura de “Monchi” se engrandeció, y hoy se encuentra entre los primeros referentes de la iglesia en la provincia.

Participe en lo que fue la jornada histórica del 7 de septiembre, dialogó al respecto con La Columna sobre el acontecimiento que se llevó a cabo en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Carmen ante una multitud de feligreses y los 35 obispos del Noroeste argentino y de Buenos Aires, y un gran número de sacerdotes y consagrados.

¿Qué cambios visibles tendrá la provincia al ser ahora Sede Primada?

El traslado de la Sede Primada a Santiago del Estero es un signo que refiere a una realidad muy profunda. Por un lado, la reparación histórica para la primera sede diocesana que fue Santiago del Estero en tiempos del virreinato y, en segundo lugar, y es lo más importante, hacia dónde apunta el Papa Francisco con este hecho trascendente: la construcción de una nueva humanidad y la reconfiguración de la Iglesia desde la periferia, desde los últimos, los descartados de la sociedad.

Tanto la Canonización de Mama Antula como el traslado de la sede tienen el mismo común denominador:  hacer presente el reino de Dios, construir una nueva humanidad desde la periferia. Mama Antula: mujer, laica, santiagueña; primatura de sede eclesial: una provincia pobre del norte argentino.

 

Justamente, es el segundo hecho histórico para Santiago del Estero un mismo año, ¿se trata de coincidencia de hechos justamente en un mismo año, o bien hablamos de un interés distinto desde lo religioso para con la provincia?

Nada es producto de la casualidad, mucho menos estos hechos tan significativos para Argentina en general y Santiago del Estero en particular. No hay que olvidar que Francisco es argentino. Conoce muy bien nuestro país, sus regiones y realidades culturales y sociopolíticas.

Sin duda que el Papa está preocupado por la situación de nuestro país, y el mensaje que transmite a través de estos dos hechos es el siguiente: para construir un país pujante es necesario incluir a todos, comenzar dicho proceso desde los últimos, los descartados

 

El suceso en sí, ¿provoca que más personas se acerquen a la iglesia o que los fieles que estaban alejados, regresen?

Como todo hecho significativo entusiasma y motiva en la fe. Es un regalo extraordinario de Dios para todos los creyentes, y aún para los no creyentes desde un lugar distinto al de la fe. Desde el punto de vista teológico, es un Kairós, es decir, un tiempo oportuno para apuntalar los procesos evangelizadores de la Iglesia desde la fraternidad y la sinodalidad.

Ahora viene el tiempo del testimonio, del compromiso misionero que incluya a todos, tanto los destinatarios de la evangelización como de los agentes de pastoral. Es un tiempo de gracia y alegría por llevar a Jesús a los demás para que lo conozcan, amen y sirvan como lo hizo Mama Antula.

 

¿Cree también que es un llamado de atención al Gobierno Político que no se aleje de la religiosidad argentina ni de las provincias del interior?

Más que un llamado de atención a los sectores de poder, incluyendo el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, es una invitación a poner la mirada en los hermanos más pobres, generando políticas de inclusión en todos los niveles: alimentario, educativo, social, cultural, deportivo, etc.  

No se trata de criticar posturas y decisiones políticas sino de acompañar los procesos democráticos de dignificación de las personas desde el Evangelio, es decir, siguiendo las enseñanzas y testimonio de Jesús, que vino al mundo a servir y no a ser servido. Esta es la lógica del evangelio que todos debemos aprender, especialmente los que tienen poder de decisión sobre la vida de los pueblos y comunidades. Todos estamos llamados a ser parte de una nueva sociedad, una nueva humanidad.

 

 

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