23 de noviembre, 2024
Emprendedor

Después de años de hacer ropa para su hija, Cecilia Sayago, decidió crear productos de ajuar para bebés. A fines del 2022, lanzó su marca en redes sociales y hoy se las ingenia para consolidar su emprendimiento.
 

Un regalo artesanal despertó en Cecilia Sayago su costado emprendedor. Hace dos años, ante el nacimiento del bebé de una conocida, quiso hacerle un obsequio con sus propias manos. Se inclinó por un nido de contención, algo muy útil para la mamá y acogedor para el recién nacido. El resultado fue más satisfactorio de lo esperado, de modo que repitió el presente ante la llegada un sobrino.

No era la primera vez que se dedicaba a la costura. Desde que su hija -que hoy tiene 22 años- era muy pequeña solía hacerle ropa, los uniformes para el colegio y hasta disfraces, según demandara la ocasión. Pese a eso, nunca había visto en su trabajo una forma de generar ingresos para su hogar. 

Actualmente, es consciente del gran valor que tienen los obsequios artesanales, como así también de su talento para la costura. Y, en medio de una situación económica adversa para todos, optó por crear la marca “Mini Reyes”. Funciona desde fines de 2022, a través de las redes sociales y ofrece variados productos de ajuar confeccionados en tela.

Cecilia explica que no vive de este emprendimiento, ya que es empleada administrativa en un consultorio terapéutico. Sin embargo, la venta de los “nidos”, almohadones, cambiadores y demás, colaboran con las finanzas domésticas, por lo que le dedica mucho de su tiempo libre, especialmente los fines de semana.

La emprendedora dice que los desafíos le “encantan” y que nunca dice “no”, cuando de aprender algo nuevo se trata. Pues, todo lo que hoy sabe es producto de su curiosidad y autodidáctica. Por eso, y pese a las complejas circunstancias económicas, apuesta a desarrollar su proyecto a paso lento, pero seguro y con el aval de su público.

“Siempre he recibido muy buenas devoluciones por mi trabajo. Me dicen que soy muy perfeccionista, detallista…”, cuenta con mucho orgullo. En una entrevista con La Columna, esta vecina del barrio Ramón Carrillo recuerda sus inicios en la costura; cómo se gestó la idea de vender ajuar para bebés; qué la motiva a trabajar en su tiempo libre y cuáles son sus anhelos para este negocio.

-¿Cuándo y cómo arrancó este proyecto?

-Esto surge desde un regalo. A mí me gusta experimentar, así que he armado un nido de contención. Era para una chica de Fernández  que ha tenido un bebé. Me he ofrecido a armarle algoútil. Y cuando más artesano es, mejor; para mí tiene más precio, más valor. Después hago un segundo nido para un sobrino, era otro desafío porque era un nido más grande.

Y después, por la situación económica se me ha ocurrido empezar a hacer nidos y todo lo que sea referido a la llegada del bebé. La vente ha empezado a entre diciembre de 2022 y enero de 2023. 

-¿Cómo aprendiste de costura?

-De “urgueta”, viendo. Soy muy observadora. A coser he empezado cuando mi hija era bebé le hacía yo la ropita. Después hemos pasado a los uniformes para el colegio, los disfraces, las polleras de la secundaria. Ahora ya es grande, pero le sigo haciendo ropa.

-¿Hiciste alguna capacitación? 

-No, no. Todo ha sido mirando videos, tutoriales. Antes salía una revista que venía con moldes y era más fácil. Ya tenía el molde con dos medidas. Entonces, uno directamente entraba a la referencia que traía la revista e inmedianamente de ahí sacaba una medida acorde. Si tenía que remodelar, remodelaba. 

-¿Por qué te has inclinado por productos para bebés exclusivamente? 

-Porque me gustan mucho los bebés. Yo tengo una sola hija que va a cumplir 23 años. 

-¿Cómo te organizas?

-Trabajo medio tiempo en esto, porque soy secretaria en unos consultorios terapéuticos donde hay fonoaudióloga, psicóloga y psicopedagoga. Entonces, hago mitad y mitad. Por lo general, tomo los pedidos para los trabajos y, en dos o tres días más o menos ya está. Me dedico más los fines de semana, cuando tengo más tiempopara estar todo el día sentada en la máquina.

Por ejemplo, el fin de semana pasado he entregado dos nidos, un cambiador y un cuellito para cervical para unos babyshowers.

-¿Qué productos elaboras?

-Hago nidos de contención, sábanas, colchones para coche, chichoneras, cambiadores, almohadones, mochilas. Para armar las mochilas sí he invertido en un curso de tres horas. Todo lo que me pueda llegar a servir, lo hago. Yo busco videos, saco moldes y los hago.

Por ahí hay gente que se olvida que tiene un bautismo, por ejemplo y el sábado a la tarde me pregunta qué tengo, en el apuro. Y lo más rápido que se puede hacer es un cambiador y un cuellito, entonces trato de solucionarles en ese momento.

-¿Cómo te llevas con la parte administrativa del emprendimiento?

-Me pasa con el tema de poner precios que mi ganancia es bien finita. Porque, en realidad, si yo tengo que cobrar lo que realmente vale… Yo no cobro mano de obra directamente. Hago un presupuesto y les pido (a los clientes) una seña de la mitad como para asegurarme, porque ya he quedado clavada con unos pedidos. 

Entonces pido una seña de la mitad y de tres a cuatro días ya lo termino. Si está antes, les aviso por si lo quieren retirar. Los trabajos terminados salen perfumados, con bolsa de propileno, la etiqueta con papel autoadhesivo y si me piden para regalo va en una bolsa ecológica, con moño y una tarjeta.

No les cobro nada de eso. Es complicado, pero si aumento el precio, no vendo.

-¿Cómo haces para paliar el tema de la inflación?

-Busco precios en varios lugares, peleo precios. Me he hecho amiga de gente que trabaja en locales.

-¿Alguna vez participaste de una feria?

-No, porque no tengo material en stock. 

-¿Qué crees que diferencia a tus productos de otros del mismo rubro?

-Quizás el amor que le pongo, las ganas, supongo… Siempre he recibido muy buenas devoluciones por mi trabajo. Me dicen que soy muy perfeccionista, detallista. Si algo no queda como yo quiero, lo desarmo y vuelvo a armar. Si tengo que entregar un pedido no importa si amanezco cosiendo, lo termino. No sé si eso hará la diferencia, pero es importante quedar bien con el otro.

-¿Qué consideras que se podría hacer desde el Estado para ayudar a los emprendedores?

-Pedir menos requisitos para acceder a un subsidio. Porque desde el papelito más chico hasta el más grande es todo burocracia. Tienes que hacer eternas colas y, capaz si haces el trámite por la página no te contestan... Que sea más accesible y se le dé la posibilidad a tanta gente que vive del emprendimiento.

-¿Qué te gustaría incorporar al emprendimiento para que crezca?

- Me gustaría tener una máquina Overlock, que tiene mejores terminaciones, yo tengo una de uso familiar. Una bordadora, porque por ahí me piden alguna cosita bordada y esas cosas que suman.

-¿Te gustaría tener un local?

-Sí. Lo tengo bien soñado; no solamente haciendo nidos, sino todo lo que sea referido a los bebés me encantaría. 

-La venta es solo por redes sociales hasta el momento, ¿verdad?

-Sí, la que me maneja las redes sociales es mi hija. Ella es community manager, aparte de estudiar abogacía; así que me salen gratis las publicaciones. Todo lo que hay en Instagram es lo que hace ella. Pero también publico en el Marketplace (Facebook) entonces, en cualquiera de las redes me encuentran y me contactan, así he hecho varias clientas.

-¿Cómo te describirías como emprendedora?

- Como emprendedora siempre busco el precio accesible para la gente, todo lo que sean desafíos, me encanta. Me gustaría tener más tiempo y materiales. Me encantaría participar de una feria de emprendedores, poder llevar mis trabajos…

-¿En algún momento pensaste en abandonar el proyecto?

-Hay momento en que te frenas, porque pasan semanas y semanas o hasta un mes en que no tenía pedidos. Y es como que en ese momento ves que hay mucha competencia y hay gente que por ahorrarse 500 pesos, busca otras cosas. Y yo creo que el detalle hace la diferencia. 
Yo trato de coordinar con la mamá y le mando una serie de estampados porque al estampado lo eligen ellos, los clientes. Los nidos, por ejemplo, tienen una parte estampada y otra con tela lisa. Ellos eligen lo del interior y la otra parte yo. Así que ninguno queda igual a otro.

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