A veces, los jóvenes que parecen exitosos pueden estar luchando internamente con problemas que no son evidentes para los demás, eso es lo primero que debemos observar del suicidio del ex integrante de “One Direction”, Liam Payne.
Cualquier persona puede verse abrumada por los problemas de un mundo tan competitivo y exigente como el actual, y así cuestiones emocionales o situaciones de vida difíciles llevan a muchos a caer en adicciones.
Esta situación se acreciente en un sector, el más vulnerable son los jóvenes; ya sea la necesidad de encajar o ser aceptado puede empujar a los jóvenes a probar drogas.
A veces la presión familiar, social o laboral, incluso la académica puede generar un estrés abrumador y difícil de manejar.
Es en ese contexto que algunos jóvenes terminan recurriendo al consumo de drogas, como una forma de escaparse de estos sentimientos de frustración, soledad, incomprensión o de sentir incapaces de enfrentar los problemas.
Cuando va percibiendo que no hay salida a sus problemas puede caer en pensamientos suicidas, y poco importa si uno es exitoso o no.
De suyo, las drogas pueden alterar el estado mental y amplificar los sentimientos negativos, lo que aumenta el riesgo de suicidio.
Muchos sienten una real o supuesta falta de apoyo social o emocional, lo cual puede intensificar los sentimientos de desesperación.
Lo que vimos estos últimos días, donde jóvenes fans del cantante británico Liam Payne lloraban desconsoladamente por la muerte de su ídolo, nos debe llamar a la reflexión, no solo de la incomprensible decisión en quitarse la vida para alguien que lo tenía todo, pero que en su fuero íntimo no había logrado superar los propios desafíos de ese mismo éxito. Lamentablemente, la noticia fue devastadora para muchos seguidores del cantante.
La presión y las expectativas en la industria musical pueden ser abrumadoras, especialmente para jóvenes artistas como Liam Payne, que alcanzaron la fama internacional tan rápidamente con One Direction.
Obviamente, la salud mental de los artistas es un tema crítico, y muchos enfrentan dificultades que a menudo no son visibles para el público.
El estrés, la ansiedad y la depresión son problemas comunes en la industria, y es esencial hablar de estos temas abiertamente para fomentar la comprensión y el apoyo aun de aquellos jóvenes que habrían triunfado en la vida, pero van camino a su autodestrucción.