El 15 de enero, un pirata informático intentó envenenar una planta de tratamiento de agua que abastecía partes del área de la bahía de San Francisco, California. Semanas atrás, un grupo de hackers paralizó el funcionamiento del oleoducto Colonial Pipeline.

El pirata informático tenía el nombre de usuario y la contraseña de la cuenta de TeamViewer de un ex empleado, un programa popular que permite a los usuarios controlar de forma remota sus computadoras, según un informe privado compilado por el Centro de Inteligencia Regional del Norte de California.

Después de iniciar sesión, el pirata informático, cuyo nombre y motivo se desconocen y que no ha sido identificado por la policía, eliminó los programas que la planta de agua usaba para tratar el agua potable.

El truco no se descubrió hasta el día siguiente, y la instalación cambió sus contraseñas y reinstaló los programas.

«No se reportaron fallas como resultado de este incidente, y ningún individuo en la ciudad reportó enfermedad por fallas relacionadas con el agua», señaló el informe.

Se trata del segundo ataque en semanas. En mayo, el grupo Darkside realizó un ciberataque contra el oleoducto Colonial Pipeline y reclamó un rescate de u$s4.4 millones para devolver el control a las autoridades de la empresa.

El ataque ocurrió el 7 de mayo a partir de la implantación de un «rasonware», a partir del cual paralizaron el funcionamiento de una de las redes de energía más grandes del país. Esto ocasionó problemas en el suministro de combustible, lo cual obligó a la empresa a abonar el rescate en bitcoins. Con la ayuda del Gobierno, hasta el momento lograron recuperar u$s2.3 millones.

Un hecho similar al ocurrido en California tuvo lugar en febrero en el Estado de Florida, cuando un desconocido tuvo acceso de forma remota al sistema de tratamiento de agua en la ciudad de Oldsmar, de 15.000 habitantes. El atacante intentó cambiar el contenido de hidróxido de sodio en el sistema de 100 a 11.100 partes por millón, unas 11.000 %.

 

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