De a poco va apareciendo, casi como en el proceso de revelado de una foto, un pasado familiar por momentos oscuro y hasta inquietante.
La oscura ausencia del padre; la muerte de la madre durante el parto de Tomasito, el menor de los cinco hermanos y emigrado a Estados Unidos hace muchos años; el odio visceral que hacia él siente Máximo, el mayor de los hermanos quien, desde su silla de ruedas, lo culpa de la muerte de su madre, y la eterna (y diariamente desmentida) esperanza de Nena en el retorno de Tomasito a casa, son elementos que se recortan contra el fondo de un tiempo que fluye lacónico, por momentos extraño, como si se deformara, marcado rítmicamente cada 15 minutos por las campanadas de una iglesia cercana.
“El patio de atrás” es una obra que nos interroga no sólo sobre las virtudes y miserias humanas sino, además, sobre los costados más luminosos y más oscuros que aparecen en las relaciones familiares en la Argentina contemporánea.
Desde entonces no ha dejado de estrenar, convirtiéndose en un referente insoslayable de la llamada Generación del 60, constituida por autores como Roberto Cossa, Ricardo Halac, Sergio De Cecco, Jacobo Langsner, Julio Mauricio, Rodolfo Walsh, Carlos Somigliana, Ricardo Talesnik y Oscar Viale. Fue un miembro clave de Teatro Abierto, el más recordado movimiento de resistencia cultural durante la dictadura 1976-1983.