La tecnología como el Wi-Fi, celulares, antenas, electrodomésticos, emiten ondas que pueden repercutir en la salud. Por esto, es importante mantener una buena higiene electromagnética.
Vivimos rodeados de campos electromagnéticos, desde el Wi-Fi y los teléfonos móviles hasta el cableado urbano y los satélites de órbita baja. Aunque las radiaciones utilizadas por estos sistemas se encuentran en rangos no ionizantes (es decir, no rompen enlaces moleculares como los rayos X o el ultravioleta intenso), la exposición cotidiana a múltiples fuentes simultáneas plantea nuevas preguntas sobre sus posibles efectos biológicos.
Un artículo de revisión “Influence of electromagnetic fields on the circadian rhythm: Implications for human health and disease” (Martel et al., 2023, Biomedical Journal) recopila evidencias que sugieren que los campos electromagnéticos naturales, como el campo geomagnético de la Tierra, podrían actuar como señales sincronizadas del reloj biológico. Cuando estas señales se alteran, o cuando los campos artificiales se superponen de forma intensa o prolongada, algunos estudios han observado desajustes en ritmos hormonales, del sueño o metabólicos.
POSIBLES EFECTOS SOBRE LA SALUD:
La mayoría de los estudios no prueban que los campos electromagnéticos causen daño, solo que a veces se dan al mismo tiempo ciertos efectos. Eso significa que hay una coincidencia, pero no una relación directa comprobada. Además, las reacciones pueden ser distintas en cada persona. Las teorías que intentan explicar cómo podrían afectar al cuerpo —por ejemplo, a través de ciertas proteínas o moléculas— todavía se están probando en laboratorio. En resumen: hasta ahora no hay pruebas firmes de que los niveles habituales de exposición sean dañinos.
Aun así, a pesar de que la evidencia no exige medidas drásticas para la población general, si aconseja reducir exposiciones innecesarias, especialmente en niños, embarazas y en entornos dedicados al descanso. A esta práctica se la denomina higiene electromagnética.
La historia de la salud ambiental muestra que la prudencia preventiva puede evitar problemas futuros (como ocurrió con el tabaco, el plomo o ciertos contaminantes químicos).
La higiene electromagnética no parte del miedo, sino del sentido común: adoptar hábitos que minimicen exposiciones innecesarias, sin impedir los beneficios de la tecnología.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE HIGIENE ELECTROMAGNÉTICA
Aun con la evidencia incompleta, la higiene electromagnética se presenta como una estrategia de salud preventiva: económica, de bajo riesgo y coherente con los principios de precaución ambiental. No se trata de alarmismo, sino de aplicar criterio: usar la tecnología con inteligencia, respetar los ciclos naturales y mantenerse atentos a la evolución del conocimiento científico.