A raíz de ello, prevén la comercialización de autorizaciones para matar a unos 500 elefantes, a un precio de hasta 70.000 dólares por animal.

Con unos 100.000 ejemplares, ese país africano tiene la segunda población de elefantes más grande del mundo, luego de Botsuana que tras cinco años levantó la prohibición de cazar de paquidermos.

«¿Cómo financiamos nuestras operaciones, cómo les pagamos a nuestros hombres y mujeres que pasan veinte días en el monte cuidando a estos animales?», planteó Tinashe Farawo, portavoz de la Autoridad de Gestión de Parques y Vida Silvestre de Zimbabue.

Cabe recordar que la autoridad de parques se autofinancia y sus ingresos se redujeron drásticamente por la caída del número de turistas a causa de la pandemia.

«Aquellos que se oponen a nuestro mecanismo de gestión deberían, en cambio, darnos los fondos para gestionar mejor estos animales», reclamó el funcionario y publicó Telefe.