Este domingo se llevó a cabo el clásico francés entre el París Saint-Germain (PSG) y Olympique Marsella, el primero de la temporada 2020/21 y además el primer encuentro oficial para Neymar, quien se había ausentado del primer compromiso por tener coronavirus al igual que varios de sus compañeros y fue protagonista de un momento caliente.

El marcador se abrió a los 31 minutos a través de Florian Thauvin, quien apareció libre en una pelota parada y definió con un potente remate en el área chica con el que dejó sin opciones al arquero Sergio Rico. Con la desventaja, el conjunto local aceleró su ritmo de juego, pero su falta de precisión ocasionó el aumento del fastidio en varias de sus figuras.

Fue así que a los 35 minutos Ángel Di María cayó en la puerta del área cuando buscaba recibir de espaldas y aguantaba la marca de Álvaro Gónzalez. La jugada continuó con un centro que fue interceptado por el arquero Mandanda, pero cuando la acción parecía continuar, se inició la polémica. Es que el defensor español corrió hacia el lateral en búsqueda del cuarto árbitro y acusó al argentino de haberlo escupido, algo que debe ser castigado con expulsión.

De inmediato, Neymar se metió entre el juez y el futbolista del Marsella y al parecer fue insultado por su rival. “Racismo no”, empezó a gritar el brasileño señalando a González, quien seguía protestando por el supuesto escupitajo e ignoraba al ex Barcelona. Varios jugadores se acercaron y realizaron acusaciones cruzadas, mientras el árbitro principal esperaba en un costado las indicaciones del VAR.

Pese al conflicto, no hubo sanciones disciplinarias para nadie y la temperatura en el terreno de juego se elevó a tal punto que en la siguiente jugada, Neymar tomó el balón, quiso escapar por izquierda y fue perseguido por cuatro jugadores del Marsella. Finalmente, uno de ellos, Pape Gueye, se arrojó al piso y le quitó el balón, pero Ney simuló una falta que el juez convalidó y amonestó al supuesto infractor.

Minutos más tarde, fue un futbolista del cuadro visitante en que simuló una agresión y nuevamente cerca de ocho jugadores se unieron en un tumulto de empujones que el árbitro observó con atención, pero que no castigó.

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