Laura Urrea se mudó a Alemania cuando contrajo matrimonio. La colombiana, desde septiembre de 2014 hasta marzo de 2017, fue abusada por un alemán quien era su esposo.

El sujeto, durante más de tres años, le restringió las salidas, el acceso a dinero, la posibilidad de aprender el idioma y de comunicarse con personas fuera de su núcleo familiar, según informó Lucía Urrea, madre de Laura a ‘La W’. 

 

De acuerdo con el medio local, el hombre la obligaba a hacer lo que él quería pues de lo contrario la dejaba «sin alimentación por semanas» a forma de castigo. El ciudadano alemán abusó de la joven colombiana de forma verbal, física, psicológica y sexual, cuenta su madre. 

Liliana Díaz Cruz, amiga de Laura,  cuenta que se enteró de lo sucedido en el 2017 a través de una publicación de Facebook en la que la madre de la joven revela que ella sufre de ataques de pánico y cuenta parte de los abusos que ha sufrido en esos meses. Cuatro años después, el pasado 16 de julio, la mujer difundió un video pidiendo ayuda y narrando los abusos que sufrió su nieta Ella, de cuatro años. 

La violencia inició cuando Laura quedó embarazada y presentaba diferentes enfermedades por desnutrición, ya que el sujeto no le permitía acceder a alimentación por varios días. 

Después de dar a luz, su madre comenzó a notar lo que estaba pasando en el hogar y decidió recurrir a la Embajada de Colombia en Alemania, donde «les dicen que ellos no pueden intervenir en esos casos y que busquen ayuda con una Iglesia», cuenta Díaz a la emisora local. A su vez, Lucía llama desde Colombia al consulado donde le dijeron: «No tenemos presupuesto y menos para eso».

Urrea conoció al sujeto en un viaje a Santa Marta en 2013 en el que estaba con su mamá, allí empezaron a hablar y luego se volvieron a ver en Bogotá donde empezó su relación sentimental. En el 2014 se comprometieron y él le compró un tiquete para viajar a Alemania e iniciar una vida juntos. El 13 de septiembre de ese año Laura se mudó al país europeo con el sujeto, cuenta su madre.

Allí empezó a mostrar la otra cara de la moneda y los maltratos no se hicieron esperar. Su madre lo describe como un juego de «premio y castigo» en el que él le quitaba sus cosas o le restringía sus libertades para luego pedirle perdón y prometerle que iba a cambiar.

En el 2015 la madre viaja a Alemania y cuenta que él «trataba que la relación con mi hija se dañara. La ponía en mi contra pero no lo lograba». En diciembre de 2016, volvió a viajar cuando Laura quedó embarazada. Allí fue que su madre se dio cuenta de lo sucedido y del estado de maltrato en el que se encontraba su hija.

Les dicen que ellos no pueden intervenir en esos casos y que busquen ayuda con una Iglesia.»Él decía que era el dueño de Laura», afirma. También cuenta que vio al hombre sacando a la menor de su cuna durante la noche y abusando de ella.

La joven finalmente logra escapar de su agresor hacia una casa de mujeres en Alemania junto a su hija donde permanecieron 3 años. El hombre desapareció durante ese tiempo y recientemente buscó a Laura para pedir la custodia de la menor.

Laura accedió a un abogado donde pudo denunciar a su agresor por lo daños cometidos contra ella pero no contra su hija. Sin embargo, en la Corte han acusado a la joven de tener enfermedades mentales y se han negado a admitir sus pruebas.

Actualmente, ella sigue en Alemania esperando a que su caso avance o la Cancillería de Colombia la ayude, según el relato de su madre al medio local.

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