Rowles sufrió heridas en la oreja, un brazo y la nariz y quedó con problemas de insomnio y otros síntomas de estrés postraumático. La joven explicó que el perro de su papá, una mezcla de pitbull de al menos cinco años llamado Irish, fue eutanasiado casi al mismo tiempo que la llevaban a ella a un hospital.
«Cuando llegó la Policía recuerdo que me estaban poniendo en una camilla y escuché a mi papá decir ‘hacelo’ antes de escuchar los disparos», relató Rowles.
«Esta clase de razas son muy emocionales, y hacerlas pasar por situaciones muy conflictivas no es lo mejor. Los animales se pueden comunicar de manera limitada«, convino Rowles.
La joven explicó que el ataque de Irish se produjo después de que su padre y ella mantuvieran una discusión tan intensa que el ambiente de la casa quedó «caldeado» y el perro respondió a esa energía.
El resultado fue un mordisco en medio de la cara, otro en una oreja y que el animal arrastrara a Rowles del brazo como si fuese un juguete.
«Ahora sé de qué son capaces los perros. Nunca había pensado bien sobre eso, o sobre el daño que pueden hacer», reconoció la joven./MinutoUno