La provincia de Salaheddin declaró este domingo tres días duelo, tras la muerte de 10 personas en un ataque yihadista que provocó críticas contra las fuerzas iraquíes por no lograr eliminar las células clandestinas del autoproclamado Estado Islámico (ISIS).

El viernes, el jefe de la policía federal, el general Jaafar al Batat, celebró el «éxito de la operación de seguridad total del monte Makhul», a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad, en declaraciones a la agencia oficial iraquí, citó AFP.

Al día siguiente, por la noche, el grupo yihadista ISIS respondió con una bomba colocada al borde de la carretera que estalló al paso de un coche de civiles. Cuando la policía y miembros del Hashd al Shaabi (coalición de paramilitares ahora integrados al Estado) acudieron al lugar los yihadistas les dispararon.

Seis militares y cuatro civiles fallecieron en esta emboscada de los yihadistas. Una decena de días antes, otros once iraquíes, incluido combatientes del Hashd al Shaabi (Unidades de Movilización Popular, PMU), murieron en un ataque con granada en un puesto militar en la entrada oeste de Bagdad.

Los últimos ataques se producen tras el anuncio de Estados Unidos de la retirada próximamente de 500 de sus soldados desplegados en Irak, para dejar solo 2.500.

En el parlamento iraquí, las fuerzas shiís siguen reclamando la salida de las tropas estadounidenses, a las que manifestantes y fuerzas proiraníes califican de «ocupantes», según público AFP.

Recientemente, la embajada estadounidense fue blanco de cohetes, un nuevo mensaje de los proiraníes para la futura administración estadounidense de Joe Biden.

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