Una investigación, dirigida por la Universidad de Bristol, utilizó imágenes avanzadas y técnicas de modelado 3-D para reconstruir digitalmente el cerebro de Thecodontosaurus, mejor conocido como el
dinosaurio de Bristol debido a sus orígenes en la ciudad del Reino Unido.

Los paleontólogos encontraron que Thecodontosaurus pudo haber comido carne, a diferencia de sus parientes posteriores gigantes de cuello largo, incluidos Diplodocus y Brontosaurus, que solo se alimentaban de plantas.

Thecodontosaurus vivió a finales del Triásico hace unos 205 millones de años y era del tamaño de un perro grande. Aunque sus fósiles se descubrieron en el siglo XIX, muchos de los cuales se conservan

Los investigadores también pudieron reconstruir los oídos internos, lo que les permitió estimar cómo de bien podía oír en comparación con otros dinosaurios. Su frecuencia auditiva era relativamente alta, lo que apuntaba hacia algún tipo de complejidad social: la capacidad de reconocer una variedad de chillidos y bocinazos de diferentes animales.

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